¿Por qué no hablas conmigo?

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Dallas

Exactamente había pasado una semana desde que no había hablado con Dylan, y la verdad no sabía cómo acercarme a él. No es como si de la nada me levantara y me dirija a la mesa de los populares (bola de tontos) y diga casual: "Hey Dylan, ¿por qué parecías enojado la otra vez? Bueno, no importa. Quería decirte que me gustas". Azoté mi cabeza con la blanca mesa de la cafetería varias veces. Edson se me quedó viendo raro.

—Dallas, ¿estás bien? —preguntó mi hermana.

Asentí con la cabeza e hice un ademán con la mano para restarle importancia, pero ella siguió mirándome de vez en cuando.

Ah, de verdad. ¿Por qué sigo diciendo que me gusta el chico cliché? Todo es culpa de mi mejor amigo. Si él no me hubiera obligado a decir cosas como "creo que me gusta Dylan" no estaría creando historias extrañas en mi cabeza todo el tiempo.

Mientras asesinaba con mi tenedor la ensalada que había comprado para acompañar mi hamburguesa, veía juguetear al rubio con el estúpido de Douglas.

Hoy me sentía muy irritado.

—Estúpido, por qué no hablas conmigo —musité.

En eso, como brujería, Dylan Monroe fijó su mirada en mí. Me alarmé y no supe qué hacer. Sólo bajé la vista y decidí que mi ensalada era la cosa más interesante del mundo.

—Hola Dallas  —Me saludó mi mejor amigo.

—Hey... —dije sin mucha emoción.

Esta semana también había estado tratando de evitar a Blake, pero no es tan fácil como pensaba.

—¿Qué pasa?

—Sólo no estoy del mejor humor —Sentía por alguna razón unas tremendas ganas de salir de la escuela.

Ya había creado un plan en mi mente en menos de 5 segundos: Comprar golosinas en una tienda de conveniencia, ir a casa, hacerme bolita en mi cama y finalmente atascarme hasta que me de un coma diabético.

Seguí apuñalando mi ensalada agradecido de que Blake no siguiera hablándome. La verdad es que últimamente no me siento con muchas ganas de entablar una conversación, ni de la interacción humana.

Es como si todo fuera un completo caos en mi interior. Es complicado, sólo quiero dejar de tener pensamientos sobre cierta persona en mi mente 24/7.

Solté un suspiro y revolví mi cabello con la esperanza de despejar mi mente. Pero Blake no tenía intención de dejar de hablar.

—¿Has hablado con Dylan Monroe?

—¿Ah? —¿Por qué de todos los temas de los que puede hablar conmigo elige este?

—Bueno, es que no creo que odies tanto la ensalada para...

—¿Para qué quieres saber? —Lo miré con desdén.

—Oh, perdón por molestar con mi amistad —Le dio una mordida a su sándwich.

—Lo siento —Me levanté para tirar la ensalada, con la absurda idea de lo genial que sería la vida si pudieras desechar a la basura los sentimientos.

—Has estado a la defensiva cuando te menciono al rubio —Dirigió su mirada hacia Dylan.

—Bueno, tal vez deberías dejar de mencionarlo. Me siento presionado —confesé.

—Cierto. Oye, ¿puedo preguntarte algo?

—¿Qué? Estás muy hablador, es raro de ti.

—Oh, bueno, hoy amanecí hablador —dijo con tono burlesco.

A MESS [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora