Capítulo 6: La Teoría de los Sueños

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Me encontraba subiendo a lo largo de una escalinata que parecía ser de cemento

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Me encontraba subiendo a lo largo de una escalinata que parecía ser de cemento. El cielo estaba completamente oscuro, apenas habían estrellas iluminándolo, sin embargo, la luz tenue de la luna era mi única guía en el camino tan oscuro y denso. Extrañamente estaba haciendo frío, la ventisca helada que chocó contra mi cuerpo me hizo estremecer en reacción, calándome hasta los huesos.

No tenía ni la más mínima idea de dónde me encontraba, todo era tan desconocido para mí.

Una vez logré subir por completo, levanté la mirada con lentitud, observando una vista clara de la ciudad que aún dormía, pero en cuestión de segundos, empecé a sentir vértigo. Me di cuenta que me encontraba subido sobre la estructura de lo que parecía ser un enorme puente, que conectaba la ciudad con lo que parecía ser una carretera que no sabía a dónde dirigía.

Si mis cálculos no fallaban, la altura que me separaba de tierra firme era de alrededor de veinte metros. Por alguna extraña razón, podía sentir que el viento que chocaba contra mi piel era muy frío, incluso más que antes. Mi cuerpo se tambaleó un poco debido a la fuerza del viento, pero tuve la suerte de no estar al borde de la infraestructura, así que, no tenía riesgo alguno de caerme.

Por suerte.

No obstante, mientras más subía, pude tener una vista clara de la silueta de alguien que me resultaba muy familiar. Cuando finalmente logré acercarme más, caminé lentamente hacia la persona y toqué su hombro con lentitud, para llamar su atención. Se giró de forma instantánea y pude darme cuenta quién era.

¿Qué hacía Benjamín en un lugar como este? ¿Por qué estaba aquí?

Él me miró fijamente durante unos segundos, hasta que decidió hablar.

—En mis sueños siempre estoy en este puente, observo la ciudad durante algunas horas, hasta que decido lanzarme hacia el río que está allá abajo —contó mientras señalaba la caída libre que tenía en frente. En efecto, había un riachuelo, pero este estaba rodeado de rocas, así que, era imposible poder nadar en este, sobre todo, lanzándose de una altura cómo esta —. ¿Pero sabes? Hay algo irónico en todo esto.

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