Capítulo 20: Siempre he querido ser feliz

280 41 192
                                    

Guapo, hermoso, bello, lindo, apuesto, bonito, preciosidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Guapo, hermoso, bello, lindo, apuesto, bonito, preciosidad...increíble.

Hay tantas palabras en el mundo, pero creo que ninguna será lo suficientemente adecuada para poder describir el cómo Ha-neul luce ante mis ojos. Desde que lo vi salir del baño me quedé embelesado por cómo se veía y es un tanto extraño eso, sin embargo, creo que mi reacción se debe a que estoy muy acostumbrado a verlo con el uniforme del colegio, que me resulta diferente contemplarlo vestido de otra manera, pero hay algo a su alrededor, como una especie de aura que posee, que lo hace ver mucho más atractivo que de costumbre. Es muy extraño que me esté comportando de esta manera ahora, me hace lucir como la típica adolescente enamorada de una película cliché de Netflix.

Siempre me ha pasado que veo a los chicos mucho más llamativos y atractivos que las chicas, simplemente nunca me atreví a alardearlo o decirlo en voz alta, a pesar de que es algo de lo que estoy muy seguro. Tal vez no lo he hecho por el constante miedo con el que tengo que vivir, también para evitar más problemas en mi casa y para no escuchar más críticas, burlas y acusaciones contra mí.

Pero no podía simplemente ignorar los pensamientos que habían surgido después de ver a Ha-neul bien vestido, con su típica cara seria de tranquilidad y la leve sonrisa de lado que presume.

—Benjamín, ¿Qué te sucede? ¿Estás bien? —escuchar su voz me hizo regresar a la realidad.

Por alguna extraña razón, había permanecido estático en medio del pasillo mientras miraba hacia una pared vacía que tenía en frente. Escuché unos pasos detrás de mí y después de un par de segundos más, sentí que él había puesto una de sus manos sobre mi hombro con delicadeza, en un gesto que pretendía tranquilizarme o algo así.

Tragué grueso y con lentitud me giré a mirarlo fijamente.

—Estoy bien —me limité a contestar.

Qué vergüenza.

¿Por qué me había permitido tener un estado de trance como este en su casa?

Intenté lucir despreocupado y empecé a caminar el corto trayecto de pasillo que me faltaba por recorrer, hasta que juntos llegamos a las escaleras y nos dirigimos hacia el primer piso de la casa. El lugar parecía estar despejado, pero eso solo fue durante unos segundos hasta que el mismo hombre que me había abierto la puerta cuando llegué y que me había dicho que suba hacia el cuarto de Ha-neul, apareció.

Él nos observó con curiosidad, sobre todo a mí, daba la sensación de que me estaba escaneando para comprobar si es que yo era algún tipo de delincuente o mala influencia para el dueño de casa.

—Saldremos a hacer unas cosas —Ha-neul informó despreocupado, mientras ladeaba su cabeza —. Regresaremos más tarde.

El hombre asintió con lentitud cuando mi acompañante terminó de hablar.

Paraíso OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora