Caza

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La presión de mi vientre era agobiante. 

Estaba hinchada de deseo y entiendo su punto de castigar, es una alfa después de todo. 

Buscan respeto, sumisión, lealtad y sobre todo les gusta ser el centro de atención. 

Para nosotras las omegas es bastante fácil acoplarse. 

La seducción se nos da con facilidad, es algo natural en nuestro sistema. Nos encanta el juego previo y cuando nuestro celo se acerca es nuestra pareja quien nos prepara para una cascada de sensaciones incontrolables. 

Suelen ser los más sensatos y se controlan con admirable temple.

Dominantes por derecho y naturaleza, bastante leales y grandes amantes. 

La complexión de un alfa es exquisita en todo sentido, músculos duros, altura respetable, dotados con miembros viriles, fuertes y resistentes. 

Es sabido por todos sobre su resistencia en el sexo, muy diferente a la de un humano. 

Las imágenes son vividas en mi mente, con su olor por toda la casa, con mi frustrado cuerpo haciendo estragos en mi mente. 

Recuerdo y soy capaz de sentir  su duro cuerpo aprisionando el mío, de no haberla detenido seguramente en estos momentos estaría recibiendo cada uno de sus empujes, duros, calientes y certeros contra esa pared. 

Mis piernas estarían envolviendo su cintura con codicia sin dejarla escapar, solo lo justo para que sus arremetidas fueran aún más duras y contundentes. 

Dejando sin aire mis pulmones. Gimiendo y suplicando por más y más. 

Haberme dejado con las hormonas alborotadas y el calor en la sangre exigiendo una liberación o algo que calmara las ansias de sentirla enterrada profundamente o sentir  su lengua recorriendo cada parte de mi cuerpo no fue la mejor idea.

Mi actitud puede presentarse arisca y a la defensiva. Así como Provocadora y encauzadora, lo que menos me importará será el lugar. 

Podría ser esa su intención. 

Espabilo mi mente.

 Vistiendo las ropas más ligeras que encuentro debido al repentino calor que estoy sintiendo. 

Salgo a su encuentro expectante a lo que pueda pasar. 

Es bastante adorable verla curiosear por el lugar. Observa el montón de libros que Lena ha dejado en la sala de estar. 

Los ve como si tratara de entender algo, observando alrededor con demasiada admiración. 

-Qué te sorprende. 

Voltea su mirada, sonriendo, revisa con ojos cálidos mi atuendo. 

Brillan en aprobación, su garganta se ondula al tragar saliva. 

Después de todo es un atuendo más que revelador. Algodón blanco y delgado. 

-Me he dado cuenta que esta casa es solo cristal y las pocas paredes que hay están forradas de libros o cuadros antiguos. 

-Nos gusta la cultura e historia. 

-Ya veo. 

Nuestra alfa lee demasiado. 

-Es su pasatiempo.

-Leer libros de tortura?

No sabía si interpretar ese comentario en forma de cuestionamiento  como una crítica acusatoria o solo una observación curiosa. 

Alfas y Omegas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora