Luna Azul (Sam Y Alex)

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Es lindo el emparejamiento y aún más extraño sin lugar a duda. Es sorprendente que incluso el fastidioso del calvo esté emparejado. 

Tal vez mi destino es no tener pareja o simplemente unos tienen más suerte que otros. 

-Vaya, vaya. Tu celo a durado poco Arias. 

-Alexander no seas grosero. 

Finge sopresa y se hace el ofendido por la reprimenda de su pareja. 

Eve, otro Beta más, la relación de Betas es de las más extrañas. Se reparten roles y terminan en acuerdos no firmados, es como el punto neutro de nuestra especie, los más esporádicos y raros. 

Solo entre Betas se entienden, lo cual es inusitado. Un omega tiene  claro su  rol, la naturaleza nos hace sumisos y sabios. Nos consideran los más espirituales y eso no implica que no tengamos un lado dominante; sin embargo preferimos que nos cuiden y complazcan, es por ello que regularmente terminamos emparejados con Alfas. Estar con un humano no es lo mejor, eso me quedó claro bajo mi propia experiencia. Ellos no buscan complacerá a sus parejas, la mayoría se rige por promesas falsas. 

Volteo los ojos en blanco y preparo mi respuesta. 

-Y que esperas? He estado sin pareja por años. 

-Oportunidades has tenido demasiadas. 

Me quedo muda, en eso no tengo como rebatir. 

-Alexander, deja de entrometerte en la vida de otros. 

Cierra la boca y frunce el ceño, es claro quien lleva a flote esa relación. 

Además de que es la única que logra callarlo, lo cual es sorprendente. 

Pero por algo se entienden estos dos, ahora es ella quien me cuestiona. 

-Es cierto que te atrae el olor de Alexandra Danvers? 

Volteo a ver mordaz a Lex, es el único con la boca demasiado grande y los sentidos jodidamente desarrollados para darse cuenta de mis secretos íntimos. 

Enrojesco con vergüenza e ira ante el pensamiento de que oyera mis gemidos clamando su nombre. 

Por qué si, me toque pensando en ella desde que Lena llegó a la casa con su aroma característico. Mi libido y juicio deseo que ella calmara mi calor. 

Un tono más arriba de rojo llega por lo pasado la otra noche en la sala de reuniones. Mi deseo y mis feromonas aumentaron por su presencia y aunque mi celo había pasado no pude evitar masturbarme pensando en ella, en sus manos y su cuerpo sobre el mío. 

Cómo buena Omega mi estado primario aparece ante mis íntimos recuerdos. Aprieto las piernas y me remuevo incómoda. Me reprendo a mí misma y veo como ambos se sonríen mutuamente dándose cuenta de mi estado. 

Bufo frustrada, mentir no servirá de nada. Creo que es lo único molesto de ser lobo, no hay secretos entre nosotros. 

Decidí cambiar el tema intentando ignorar sus miradas inquisitivas y sonrisas presumidas. 

-Vendrá Lena. 

-Por supuesto que no cariño. 

-Sería una sorpresa si viniera. 

-Cierto. 

Nos quedamos callados viendo al horizonte bañado de blanco, el viento era crudo y duro. 

Los lobos que rondaban la zona se encogian por la fuerte ventisca acompañada de nieve. 

No sería un gran día para la caza, la mayoría de los animales se ocultarían evitando el cruel invierno. 

Alfas y Omegas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora