Desayuno (Kara)

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Cálido, para ser invierno se sentía demasiado cálido el ambiente. Puede ser que fuera por la presencia de Lena o puede ser, que después de tres días por fin teníamos un momento de paz. La noche anterior fue una montaña rusa y de una forma inexplicable podía sentir todo, cada emoción que corroía el sistema de Lena. Bien podría ser la conexión que nos une a ambas o podría ser algo diferente, algo que no entiendo; porque también sentía a cada loba y cada lobo de cada clan.

Era demasiado, estaba sintiendo demasiado y de alguna manera poco explicable lograba dar el consuelo que necesitaba a cada miembro que ahí se encontraba. Como si pudiesen ver en mí algo que yo no puedo ver, me llaman Mater tribuum y me parece que es algo de real importancia. Es… diferente, todo es diferente de alguna forma. Y necesito hablar de esto con mi madre, sé que ella tiene las respuestas a esto. Se que ella conoce lo que ningún otro podría sospechar, se que ella sabe y conoce los secretos que envuelven a nuestro clan.

Lena aún duerme, su cabello negro como la noche se enreda entre las sábanas y su expresión mientras descansa es relajada y pacífica, sus labios forman un puchero adorable y la línea que se forma entre sus cejas no existe, su respiración es lenta y de no sentir su vitalidad u oír el fuerte latido de su corazón pensaría que ha muerto. Acarició entre sus cejas y aplicó un ligero masaje de forma circular en el centro de su frente, suspira y los músculos de su espalda se contraen. Hace que mi boca se seque y mis paredes se calienten al punto de sentirme húmeda por esa simple acción.

Su espalda es fuerte y fina, cada músculo se marca de la manera correcta y esa fuerza protectora y devastadora acelera mi corazón. Tiene manos grandes y dedos largos, sus venas se marcan y realzan ese atractivo entre lo femenino y masculino. Su aroma es relajante, sexual, hogareña, atractiva, sensual, atrayente, familiar; muerdo mis labios y recorro su cuerpo con caricias suaves y amables. Se remueve entre sueños y deja expuesto su cuello, sinceramente, tengo ganas de morderla y de marcarla como ella lo ha hecho conmigo. Y aunque los omegas no podemos marcar a nuestras parejas es un deseo que me recorre como fuego por las venas y me hace preguntarme si a ella no le molestaría que la muerda con la intención de marcarla. Por lo poco que he sabido, son demasiado pocos los alfas que les permiten a sus parejas marcarlos. Después de todo eso sería una muestra de sumisión.

Inconscientemente mis dedos comenzaron a divagar por su cuello y su espalda, proporcionando caricias suaves y sugerentes, mientras mis pensamientos se perdían en la bruma del deseo y el anhelo.

Se remueve inquieta y aspira de manera diferente. Abre los ojos de forma alarmante, sus pupilas están dilatadas y el iris color aqua que los rodea apenas es visible, los ojos de Lena tienden a cambiar de color, es otra de las cosas impresionantes y cautivadoras de ella. Entre un gruñido y un ronroneo se genera en su garganta, sus uñas se convierten en pequeñas garras, me observa con una sonrisa, su ceño parece nuevamente fruncido y me toma de manera posesiva clavando sus garras entre mis costillas y piernas haciéndome gemir. Curiosamente no me causa dolor, sino, todo lo contrario.

-Por fin despertaste.

-En qué piensas, rayo de sol.

-En nada.

Levanta la ceja y me muestra sus dientes crecidos en una peculiar sonrisa lobuna, me sonrojo ligeramente y evito su mirada penetrante y cautivadora. Ella ha olido mi leve excitación y como un interruptor ha despertado deseando calamar mi calor, que parece nunca va a terminar. No es algo que me sorprenda, todos los lobos recién emparejados parecen nunca saciarse, parecen descontrolados por tener sexo.  

-Segura?

-Hum jum

Recorre la cara interna de mis muslos y se detiene apenas unos centímetros antes de llegar a mi centro, me remuevo deseando que toque el área directamente. Aprieta y soba la cara interna de mi muslo, provocándome.

Alfas y Omegas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora