Casa Luthor

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Al llegar la tarde, he terminado de empacar algunas de mis cosas. 

El ambiente en la casa es tranquilo, siento la resignación de padre y madre sonríe con entendimiento, su semblante parece triste pero su sonrisa persiste, trasmitiendome seguridad. 

Lena observa mi cuarto con detenimiento buscando conocer más sobre mi. 

Su lobo ronda la superficie, mostrando gozo y alegría. 

-No llevarás todas tus cosas?

Su voz sigue siendo ronca y sexual. 

Niego lentamente, sin usar mi voz temiendo que falle en le proceso. 

La necesidad de estar pegada a ella es fuerte y mi lado lobuno la seduce, provocando algún tipo de reacción en ella. 

Me inclino casi acostandome en la cama, elevando mis caderas sugestivas. 

El gruñido que surge de su garganta hace que mis entrañas se contraigan con deseo. 

-Acaso estas provocándome pequeña? 

Pega su frente contra mi espalda, y sus manos recorren mis costados. 

Mi gemido es la única respuesta que puedo dar. 

Su respiración se acelera y lame la curva de mi cuello. 

Los músculos de sus manos están tensos, aprieta la cobija y gruñe una orden. 

-Vámonos. 

Se aleja de mí con rapidez, desapareciendo de mi habitación, llevándose mi bolsa de paso. 

Me quejo  frustrada.  A los segundos la sigo. 

Me espera abajo, recargada en la puerta de entrada, mientras habla con mi madre. Mantiene los brazos cruzados sobre su pecho y su mirada es seria y absoluto respeto. 

Al  verme, su postura cambia irguiendose en todo su esplendor. 

Me despido de mamá y papá con un largo abrazo. 

Lena de igual modo se despide y con voz seria y apacible habla. 

-Díganle a Alex que pienso cumplir con sus exigencia. 

Y si algún día hiero a su hermana, la esperaré aceptando mi destino. 

Inclina la cabeza a modo de respeto y padre sonríe amigable y más tranquilo. 

Al igual que ella inclina la cabeza y nos despide. 

-Cuidala y tratala bien. 

Envuelve su mano en mi cintura y me pega a su cuerpo a modo de protección. 

Yo sonrió con amplitud. 

-Mamá, papá… Gracias por todo. 

Nos veremos en el torneo de caza. 

Mamá contesta apenas en un murmullo que me hace sonrojar y a mi padre carraspear. 

-Sí es que tú celo ha terminado o siquiera puedas caminar. 

Lena me saca del lugar con un rostro rojo, avergonzado y sorprendido. 

-Tu madre siempre ha sido mi favorita. 

Me siento extraña por su comentario. 

Y más extraño aún irme con ella de quien   no conozco nada. Me doy cuenta que no tengo ni remota idea de qué contestarle. 

Alfas y Omegas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora