Su lobo parecía más grande de lo normal, estaba furiosa. Por cada poro de mi piel podía sentir mi lobo, alerta de cualquier ataque.
Sus enormes patas estaban clavadas en la nieve levantando surcos de tierra congelada y parecía irreal la manera en la que se contenía de no atacar, tal vez por la pequeña figura que la montaba.
Una cabellera rubia y brillante, de manos delicadas que se aferraban con fuerza admirable del cuello de mi hermana.
Era difícil verla correctamente, el pelaje negro la envolvía como un abrigo.
Me mantenía quieto sintiendo el entorno pesado, cada lobo que rondaba el lugar se había esfumado ocultándose entre los árboles y aunque se me considera uno de los que la puede controlar no quitaba mi angustia de tener que hablar con ella.
Me había salvado una vez con el problema del chico Olsen, uno que aún estaba pendiente.
Pero está vez era diferente y aunque me fuerzo a calmarme, los nervios siguen corriendo por mis venas.
Solo hay una cosa que puedo hacer para romper la tensión que nos envuelve.
Sonreír y transmitir paz y seguridad a todo el que se encuentra aquí.
Solo espero que la mayor de los Danvers no aparezca por el lugar.
-Bueno, no podremos hablar si sigues mostrando los dientes, Leni.
Esperaba su ladrido, jamás le gusto el apodo, lo que no esperaba es que casi me arranca la cabeza por ello.
Vuelvo a sonreír y me dirigí a la pequeña de ojos color mar, está tensa y hay cierta preocupación invadiendola. Sus manos se han apretado con mayor fuerza y con sutileza tira del pelaje negro.
Sorprendente sin duda alguna.
-Hola, lindura, bienvenida a casa.
-Gracias.
Se sonroja con facilidad y no puedo pensar más que en lo adorable que luce.
Sus cachorros sin duda alguna serán más hermosos que el amanecer.
Le ofrezco mi mano para ayudarla a bajar, en lo que mi hermana busca calmar sus aguas turbias.
La toma con una sonrisa, Lena se inclina y ella resbala quedando con su cabello esponjado.
-Vaya, que eres pequeña y ligera como una pluma.
-Soy de estatura normal.
Se defiende con los ojos entrecerrados y le sonrió divertido, misma sonrisa que oculto al oír el gruñido de Lena.
Después habrá tiempo de bromear con ella.
-Nunca dije lo contrario, pequeña.
La guió dentro de la casa, cargando su pesada mochila.
Me dirijo a Lena, con la voz seria.
-Te espero adentro, no pienso hablar con un perro gigante.
Solo es necesario un paso para llegar hasta mí, ocultó a su pareja detrás mió, mi pelaje hace acto de presencia y mis garras crecen para poder defenderme.
-Controlate Lena.
Se convierte en un segundo. Una mujer desnuda de ojos fieros y garras largas me sujeta de la solapa de mi pulcro y perfecto traje.
-Entonces deja de provocarme.
Desvía la mirada y observa detrás mío. Me suelta con el ceño aún más acentuado.
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Alfas y Omegas
FanfictionNo hay historias ciertas cuando se refieren a nosotros, somos comunes, casi humanos; con instintos animales desarrollados. La transformación es cierta, somos lobos gigantes, combativos, primarios y agresivos. Pero sólo somos así por dos razones. S...