Capítulo Once - Excusa.

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La mañana siguiente me sorprendió con el hecho de que Harry llegara antes que Jennifer al colegio, algo que jamás pasaba. A punto de entrar a la escuela, una lluvia torrencial se había precipitado sobre él, haciendo que su pelo húmedo le cubra casi todo el rostro. Su figura imponente resaltaba de las pertenecientes a las demás personas que había en el lugar: su metro ochenta de estatura hacía que se pudiera distinguir dónde estaba él entre un mar de gente. Igualmente yo estaba segura de que lo hubiera encontrado en cualquier lugar, en cualquier situación. 
Su mirada se detuvo en mis ojos, y mientras se acercaba a mí, con sus manos tiraba hacia atrás el pelo que le cubría la frente formando un diminuto rodete detrás de su cabeza. Sus rasgos, ahora al descubierto, me dejaron sin aliento.
- Al, ¿tenés idea de qué locura le pasa a mi hermana estos días? - me preguntó frustrado.
- No, H. - le contesté. - Está rara, y dice que hay algo que no puede contarme todavía.
Dejó escapar el aire en un suspiro pesado, y miró la puerta de entrada con ansias. Vi la preocupación plasmada en sus ojos y sentí la necesidad de rodearlo con los brazos, y decirle que todo estaría bien.
- Ey - me animé a posar mi mano sobre su antebrazo. - Tranquilo, ella sabe lo que hace. Es la persona más responsable que conozco.
- Sí, para mí también. - me dijo y sus ojos me miraron, un poco menos preocupados.
- Entonces no te preocupes. Va a estar bien... ya es grande, H. Sabe cuidarse.
Asintió con la cabeza y yo retiré mi mano de su brazo. La sensación de su piel bajo la mía me hacía sentir una corriente por la columna. De verdad su cercanía se tornaba insoportable.
Estaba a punto de empezar a caminar hacia mi salón cuando lo escuche llamándome. "Al." Dos letras, nada más que dos letras, podían hacerme aflojar las piernas al caminar.
"¿Cómo hacés para que sienta todo esto, Harry?"
Di media vuelta y lo observé de nuevo. Sus rasgos ya no demostraban la preocupación que seguramente seguía sintiendo. 
- ¿Podrías avisarme cuando llega Jennifer? - me pidió.
- Claro. Pero no tengo tu número, H. De no ser que quieras que te mande una lechuza, no voy a poder avisarte.
Mi chiste pasó por alto frente a una expresión preocupada de Harry, como si se hubiera acordado de algo importante. Su rostro se había transformado en un segundo. 
- ¿Sabés qué? Mejor decile a Jennie que me mande un mensaje cuando llegue, ¿sí? - me propuso.
Asentí con la cabeza, y vi como inventaba una excusa. - Perdón, es que no recuerdo mi número y estoy llegando tarde a clase... tardaría mucho en buscarlo. - dijo mientras corría en dirección opuesta a mí. - ¡Nos vemos, Ally!
Mi corazón se cayó a mis pies. Me había llamado Ally. Y ni siquiera estaba dispuesto a que yo supiera su número. ¿Qué me había llevado a pensar tanto en él, si ni siquiera él tenía ganas de acercarse a mí? Recordé el abrazo que me dio en el aula de danza desocupada, recordé la tarde que pasamos juntos en su casa, solos por única vez. Esas situaciones me habían dado las esperanzas que ahora se desmoronaban con unas simples frases. 
"Basta Ally, no esperes nada de él. Él no tiene nada para darte."

***
Holaaaa, quiero contarles que, personalmente, Harry con el pelo así, es mi debilidad. No puedo creer que sea taaan lindo!
Gracias por leer, voten y comenten si les está gustando por fisss!
Un beso enorme♥

Never felt like this. (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora