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La situación era la siguiente, por lo que había escuchado de Sugawara, el equipo con lo que se enfrentarían en estos momentos tenía un integrante bastante peculiar, y esta persona era un chico de primer año que media 2 metros. Lo vi pasar a mi lado, pero no me generó ningún miedo ya que he visto a rusos mucho más altos en las olimpiadas y esos si que dan miedo, pero en apariencia porque su personalidad era como la de un osito bebé.

Ya pero volviendo al tema, Hinata se sentía intranquilo por la gran diferencia de altura que existía entre ese chico y él. Nadie hizo nada para apaciguar los nervios de la naranja Japonesa, así que rápidamente mi mamá cuervo interior tuvo que reaccionar para calmar a mi pequeño cuervo problemático. Espere que todos avanzaran un poco y cuando vi que Shoyo se quedaba atrás, lo tomé por los hombros y lo giré hacia mi dirección, este estaba con una expresión bastante triste, antes de hablar tome un par de bocanadas de aire y junte las palabras necesarias para mi discurso.

— Hinata Shoyo...— empecé mi discurso— Tú entrenaste duramente durante los últimos meses para poder lograr ir al torneo de primavera ¿no es así?— pregunte y el asintió desanimado — ¡Entonces deja de castigarte por no ser alto!— chille mientras le daba un zape en la nuca— No importa que tu contrincante mida dos metros, tus grandes saltos son capaces de atravesar cualquier muralla — sonreí dulcemente— Sabes que aún te queda un gran camino por recorrer así que no mortifiques— apoye mis dos mano en sus hombros y lo mire fijamente— Yo siempre apostare por ti, cada maldito partido tendré fe en ti y en todos— lo acerque a mi y le di un gran abrazo— Así que no me decepciones y ve a patear traseros— lo aleje nuevamente de mi cálido abrazo— Además si ganas, iremos a Tokio de nuevo este fin de semana— lo abracé mucho más fuerte.

Baje mi mirada a su rostro y vi que estaba un manojo de lágrimas, lo volví a abrazar y mientras lo consolaba vi a Sugawara secándose lágrimas falsas mientras apoyaba su mano en el hombro de Asahi y este último si estaba llorando de verdad. Kageyama alzó sus dos pulgares en signo de aprobación y vi que articulo con sus labios "Yo igual quiero un abrazo", sonreí alegre y levanté mi dedo pulgar como signo de aprobación, porque cada vez que Tobio pedía amor había que aprovechar la situación ya que durante estos días me di cuenta que era medio tosco para dar cariño, pero era de esperarse.

— ¡Saeko eres la mejor amiga del mundo mundial!— sollozo el pelinaranja— Prometo que ganaré por ti y por todos mis compañeros—  chocamos puños y sonreí nuevamente.

—¡Vamos con todo!— escuche chillar a Nishinoya a lo lejos.

...

Me encontraba nuevamente arriba admirando el partido, de primera se vieron algo intimidados por el chico de dos metros, pero ahora ya habían descubierto que este jugador de primer año no era muy bueno aún en él voleibol.

Gire mi vista hacia atrás y vi llegar al ex entrenador, Ukai, quien venía con 3 niños detrás de él.

— Hola señor Ukai ¿cómo está?— pregunté mientras veía que se acercaba a mi lado.

— Muy bien ahora ¿Y tú?— sonrío, levante mi pulgar en respuesta — ¿Cómo van los chicos?— pregunto inmediatamente.

— De primera estaban intimidados ya que el chico del equipo contrario mide 2 metros— comente mientras volvía a ver el partido— Pero al parecer este recién había comenzado a jugar voleibol y los chicos están aprovechando esa debilidad— mire nuevamente al anciano.

—Así que dos metros...— dijo mientras miraba al muchacho— Será una verdadera bestia cuando aprenda a jugar bien— asenti con un poco miedo.

— Imparable pero dudo que pueda con el sed de juego del dúo de fenómenos— mire a mi novio y a la naranjita Japonesa.

— Tienes razón—.

In Solitary // Kageyama Tobio [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora