V e i n t i o c h o

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— ¿Cuál es la necesidad de tirarse nieve dentro de sus calzoncillos?— pregunté confundida mientras veía a Tanaka lloriquear por el frío entremedio de sus pantalones y a Sugawara burlarse de él— ¿Cuál es la necesidad Koushi? ¡¿CUÁL?!- grite enojada, pero tuve que contenerme y mirar a otro lado para no generar un duelo a muerte con cuchillos.

El peligris solamente se reía de aquella escena y de mi cara, y yo ya estaba a punto de colapsar.

— Suga...— murmure mientras ponía mi mano en su hombro— ¿Sabes que le puede dar una infección urinaria? ¿Verdad?— pregunte entre dientes.

— ¡No mates a Sugawara Sasa!— chillo Yamaguchi mientras se ponía a mi lado.

El peligris me miro con miedo, ya que, estaba presenciando por primera vez mi faceta oscura, mi faceta maternal que muchas veces trataba de ocultar en el fondo de mi ser. Tome un respiro, y deje que el aire frío llenara mis pulmones, a ver si tranquilizaba, pero realmente no hizo ningún efecto y mi ceño se frunció el doble.

— ¡Ya basta!— chille molesta mientras me cruzaba de brazos— ¡Van a poner sus traseros nuevamente en la acera y los quiero ver trotando!— todos me miraron asustados y chasquie mis dedos en frente de sus caras — ¡Ya ya! ¡vamos vamos! ¡quiero ver esas pierna en movimiento!.

Todos soltaron un grito de miedo, y comenzaron a salir de aquel barranco lleno de nieve para poder seguir trotando. Ennoshita y Yamaguchi alzaron sus dedos pulgares en signo de aprobación, yo solo les di una sonrisita fingida, porque el estrés y el enojo ya estaba dominandome.

— Que agresiva es tu novia Kageyama— murmuró Hinata, me giré inmediatamente en si dirección.

— ¡Te escuche maldita mandarina! ¡pon tu trasero a correr en vez de andar chismoseando!— grite otra vez.

El pelinaranja me miro con terror, y acelero su paso rápidamente para ponerse de nuevo en la acera para comenzar a correr.

...

— Tu ritmo cardíaco está bien— murmuró mi padre a mi lado— Y sigues igual de rápida.

Mis respiraciones de seguro se debían escuchar por todo el centro de salud de cardiología. Cada vez quedaba menos para que mi descanso se terminara y volviera a las pistas de nuevo, también quedaba poco para pasar a segundo de preparatoria y debía agregarle el echo de que el torneo de primera de los chicos estaba a la vuelta de esquina.

Respiraba para tranquilizar mi ritmo, el cual estaba alterado, pero estaba mucho mejor que otras veces.

— Es el electrocardiograma más perfecto que he visto en años— dijo el doctor feliz— Miralo.

Me incorporé de nuevo, y mire el papel de reojo que me enseñaba el profesional, sonreí al ver esas curvas perfectamente posicionadas, sin ninguna alteración de por medio.

— Que lindas— articule aún con las respiraciones agitadas.

Mi padre me ayudó a quitarme los electrodos de mi cuerpo transpirado, y después a salirme de la máquina de trote.

Mire hacia un lado, y detrás de una ventanilla estaba Kageyama, el cual se encontraba guardando su celular rápidamente. Frunci el ceño en su dirección, pero quito la vista inmediatamente de mi. El muy idiota me estaba grabando mientras trotaba. Gire mi cabeza ahora en dirección a mi padre.

— ¿Por qué no me dijiste que me estaba grabando?— le pregunte molesta.

— Es que se veía muy emocionado— susurro mi padre— Es raro ver a tu novio sonreír así que...— me miro unos segundos— Lo dejé que te grabara.

In Solitary // Kageyama Tobio [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora