In Solitary // Kageyama Tobio [HIATUS]

T r e s

Otro día se alzaba en la tranquila Miyagi. Ya llevaba una semana en mi nueva preparatoria, y todo iba tan bien que me daba escalofríos.

Me levanté exactamente a las 5:00 a.m. para poder salir a correr antes de dirigirme a la escuela, ya estaba cambiada de ropa y ahora mismo me encontraba abrochando las agujetas de mis zapatillas. Hice unos estiramientos en el recibidor, tomé mi celular junto con las llaves y me digne a salir de mi hogar. Mi trote empezaba de inmediato, porque ya quería salir a respirar aire fresco.

Actualmente, mi casa se encontraba en una sector bastante rural, y que se encontraba lleno de campos con pastizal y cultivos de los campesinos. Era bastante gratificante salir a trotar y encontrarme con estas hermosas vistas, mire feliz el lindo paisaje mientras poco a poco iba acelerando el ritmo de mi trote. Mire nuevamente al frente, y divise a mi otro lado contrario una figura que se me hacía bastante familiar, comencé a acelerar  mucho más mi trote y al final acerté con la personas que se encontraba al otro lado realizando la misma acción que yo. Era Kageyama Tobio, iba bastante concentrado que casi al final logró ver mi presencia. Rei mientras sacudía mi cabeza, era bastante despistado.

—¡Kageyama!— alce mi voz un poco, este levanto su mano y hizo un pequeño saludo mientras llegaba a mi lado. Cuando ambos estuvimos juntos, recuperamos el aliento para poder hablar. Nunca pensé encontrarme a alguno de los chicos trotando tan temprano en la mañana.

Ya recuperados medianamente, Kageyama me invitó a seguir trotando mientras hablamos, ya que aún quedaban como 5 horas para ir a la escuela, porque hoy entrábamos a las 9:00 a.m.

Mientras corríamos lentamente, hablamos un poquito de nuestra vida fuera de la preparatoria, por lo que me dijo, salía a trotar casi todos los días, ya que, era una manera de despejarse y mantener su dura resistencia física. Yo por razones obvias le expliqué mi motivo, a lo cual el lo tomó como una pregunta bastante estúpida. Al final perdimos la noción del tiempo, y también la dirección donde teníamos que devolvernos, porque como adolescente maduros que somos, comenzamos a hacer carreras y obviamente que yo era la ganadora.

Nos dimos cuenta bastante tarde que estábamos al otro lado de Miyagi. Exactamente donde se encontraba el equipo que los eliminó de la Inter High, y donde también vivía el senpai de la secundaria de Tobio, o eso es lo que comento en susurros para que nadie escuchara, aún que tampoco es que hubiera mucha gente a esta hora también.

— Saeko, creo que nos perdimos, osea, conozco la zona pero no se como volver...— murmuró Kageyama— ¿Donde estamos?...— comenzamos a mirar las señaleticas de las calles, y nos dimos cuenta de que realmente estábamos en territorio totalmente desconocido, sobre todo para mi que ni siquiera he andado por estas calles.

Miro a todos lados asustado, pero no encontramos a nadie. Lo mire confundida, ¿por qué le tenía tanto miedo? ¿tan mal era encontrarnos con esa persona?, tome una bocanada de aire y volví a la realidad nuevamente. Cuando Tobio volvió su vista hacia mi, me contó una pequeña anécdota que había vivido con Hinata cuando también se perdieron haciendo carreras durante uno de los entrenamientos. Vaya que tienen mala suerte estos dos, ya había escuchado de Hinata y su maldición en los baños, y tambien de Kageyama y sus característicos encuentros en los pasillos. Yo con mis rivales éramos muy amigas, siempre nos abrazamos cuando nos vemos y cuando terminan las carreras, creo que las mujeres somos más tolerantes en ese ámbito, creo.

Nuevamente la masculina voz de Kageyama me bajó de mi nube. Lo mire fijamente, y me correspondió la mirada algo sonrojado. Rei, ¿por qué tenía que ser tan lindo?.

—Hace como 6 días, antes de que llegaras tú — comenzó su historia— Hinata y yo también nos perdimos por
ir de tontos haciendo carreras...— se rasco la nuca— Y nos encontramos con el capitán del equipo de voleibol que ha liderado Miyagi por dos años, Ushijima Wakatoshi— lo mire un poco, y su expresión decía que esa experiencia no fue muy grata.