M de malo 2

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A ninguno de los tres les gustaba, pero Percy fue tan insistente que al final tuvieron que ceder. La tía Eme los condujo de nuevo al jardín con las estatuas, caminaron mientras Alex rezaba a todos los dioses, incluyendo a la que no le agradaba para nada: Hera. Una vez llegaron, la mujer los situó en un banco, al lado de un sátiro de piedra. 


- Ahora voy a colocarlos correctamente - dijo -. Las chicas al medio, y los dos caballeretes uno a cada lado. 


- No hay demasiada luz para una foto - comentó Percy. 


- Descuida, hay de sobra - repuso ella -. De sobra para que nos veamos unos a otros, ¿verdad?


- ¿Donde tiene la cámara? -preguntó Grover. 


Alex seguía pensando en cómo salir de allí sin salir heridos. Podrían correr hasta la salida y fugarse de una vez, o podría llevárselos a todos en un viaje de sombras... Aunque eso le costaría bastante energía. 


La mujer comprobaba que estuvieran bien situados. 


- La cara es lo más difícil. ¿Podéis sonreír todos, por favor? ¿Una ancha sonrisa?


Grover miró al sátiro de cemento junto a él y murmuró:


- Se parece mucho al tío Ferdinand. 


- Grover - le riñó la tía Eme -, mira a este lado, cariño.


- Percy... - susurró Alex. 


Pero el chico parecía estar luchando entre quedarse dormido y sonreír para la "fotografía". Ni siquiera parecía estar escuchándola, probablemente la tía Eme hubiera echado algo en la comida para que se quedara así. 


- Sólo será un momento - añadió tía Eme -. Es que no los veo muy bien con este maldito velo...


- Algo no va bien - dijo Annabeth un poco más alto de lo prudente. 


- ¿Qué no va bien? - repitió la tía Eme mientras levantaba sus brazos para quitarse el velo -. Te equivocas, querida. Esta noche tengo una compañía exquisita. ¿Qué podría ir mal?


- ¡Es el tío Ferdinand! - balbució Grover. 


Alex tomó la gorra del bolsillo de Annabeth sin que esta se diera cuenta. La tía Eme estaba apunto de quitarse el velo, cuando...


- ¡No la mires! - gritó Alex mientras le colocaba la gorra a Annabeth en la cabeza y se hacía un hechizo desilusionador.


Al parecer Annabeth entendió que Alex intentaba salir de ese lugar lo antes posible, porque ambas empujaron a los chicos de la banqueta en la que estaban sentados. 


Todos se escabulleron en diferentes direcciones... Menos Percy. Parecía muy aturdido para moverse. La tía Eme adoptó su verdadera forma, y e alzó encima del chico. Percy iba a levantar la cabeza, pero Alex gritó:

Semidiosa y Bruja (PJO y HP) 1 LIBRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora