¿Ares?

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Caer desde casi doscientos metros no era ni por mucho el pasatiempo preferido de Alex. El río se acercaba a la velocidad de un camión mientras Percy gritaba y Alex intentaba no hacerlo. El viento les arrancaba el aire de los pulmones mientras torres, rascacielos y puentes salían y entraban del campo de visión de la pelinegra. 


En menos de lo que la bruja imaginó cayeron al agua con un fuerte: ¡Zaaaaa-buuumm!


Entraron en un fundido negro de burbujas, se hundieron en el lodo y Alex se preparaba para quedar perdida 30 metros bajo tierra. Afortunadamente, la bendición de Poseidón bastó para que el impacto no le haya dolido. Volteó a ver a Percy y ambos bajaban lentamente hacia el fondo, con las burbujas haciéndoles cosquillas en la piel. El azabache volteó a verla con una expresión de sorpresa y empezó a observar los alrededores. Nubes de limo y basura (botellas, zapatos viejos, bolsas de plástico) giraban en torno a ellos. 


- Gracias, tío P - agradeció Alex en voz baja. 


Alex, como en sus entrenamientos con Poseidón, podía respirar bajo el agua, y se mantenía seca si ella quería. Anotó mentalmente que si caía desde altura en agua, saldría viva. Eso era nuevo, puesto que no se había tirado de un arco enorme en sus entrenamientos. El chico de al lado llamó su atención y le mostró como un viejo encendedor encendía y salía una llamita cuando lo tocaba. Agarró un papel de hamburguesas y lo encendió, mas al soltarlo las llamas se extinguieron. 


Pasaron unos segundos, hasta que la voz de una mujer sonó. "Percy, ¿qué se dice?"


- Am, esto... Gracias - debajo del agua su voz sonaba más espesa y gruesa, como de un chico mucho mayor -. Gracias... padre. 


No hubo respuesta. La espada de Alex estaba convertida de nuevo en un collar, se lo puso. Le hizo señas para salir del agua a Percy, el la siguió, pero cuando empezaban a sacar sus piernas del lodo, vieron una empuñadura brillante de la espada de Percy. La voz volvió a sonar: "Percy, agarra la espada. Tu padre cree en ti."


Las palabras parecían venir de todos lados, transmitiéndose por el agua como si se tratara de un delfín. 


- ¿Dónde estás? - preguntó Alex imaginando que sería un espíritu del mar quien hablaba. Pero esas aguas estaban contaminadas y alejadas, por lo que probablemente debería volver pronto. 


Por la oscuridad líquida, la vio: una mujer del color del agua, flotando justo encima de la espada. Tenía el cabello ondulado y largo, y los ojos verdes como el mar. 


- ¿Mamá? - musitó el chico. 


"No, niño, sólo soy una mensajera, aunque el destino de tu madre no es tan negro como crees. Ve a la planta de Santa Mónica."


¿Para qué Poseidón querría hablar con Percy? 


- Pero... - balbuceó Percy aturdido, entonces Alex reparó en que aquella mujer se parecía a la desaparecida, la que se desvaneció por el Minotauro. La madre de Percy -. ¿Quién...? ¿Cómo...?

Semidiosa y Bruja (PJO y HP) 1 LIBRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora