Prólogo

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Alexandra Williams era feliz, tenía una vida cómoda, no con lujos ni tampoco le sobraba dinero a su familia, pero disfrutaba cada segundo que pasaba.


Ella tenía el cabello hasta la cintura color negro. Sus ojos eran entre un gris y un verde. Su contextura era delgada, y su estatura mediana, para su edad estaba bien.


Su madre Charlotte y su abuelo Thomas eran su vida. Su progenitora trabajaba arduamente para mantenerlos, y su abuelo era prácticamente su niñera.


Su familia era mágica, su madre y abuelo tenían varitas, y sin embargo estaban alejados de ese mundo. Vivían en un barrio muggle, en un edificio tranquilo y pequeño.


Ella nunca conoció a su padre, cuando era una pequeña de 4 años soñaba con que algún día tocaría la puerta y se presentaría. Su madre siempre se tensaba cuando la niña mencionaba a su padre, y por eso decidió no hacerlo más.


En su cumpleaños número 5 su madre le entregó una cadena muy hermosa. Según ella, esa cadena se la dejó su padre, y que en caso de emergencia, apretara el símbolo que colgaba. La pequeña nunca tuvo necesidad de usarla, y creía que todo eso era un cuento, pero aún así la llevaba con ella a todos lados.


Su abuelo quería que ella fuera a la escuela, que socializara e hiciera amigos. Su madre, aunque ella no conociera la razón, decía que aquello era peligroso. Pero viendo cumplió 5 no tuvo opción, y la pequeña se quedaba en una escuela para niños y niñas.


Como toda niña, ella estaba sumamente nerviosa por su primer día, al despertar se dio una ducha rápida, se colocó su uniforme y salió a la cocina, donde su mamá y abuelo la esperaban.


Su abuelo leía un periódico y su madre terminaba de hacer su almuerzo. Al notar a la niña su abuelo comenzó una charla acerca de cosas que debía y no debía hacer. Al llegar a la regla número 14: No permitir que te molesten, su madre la llamó.


Luego de una charla acerca de nunca quitarse la cadena, cosa que escuchó a medias Y salieron de su hogar.


Unos meses después, Alex fue diagnosticada con THDA (Trastorno de Hiperactividad por Déficit de Atención). Y también Dislexia. Al inicio la profesora creía que era un simple berrinche de niña que no quería aprender las letras del abecedario, pero pronto comprendió que no era así.


Así pasaron los años. En ese tiempo su madre le contó que ella solía vivir en Londres, pero al preguntar la razón de por qué se mudó, ella palideció y cambió de tema. Alex no le tomó importancia, después de todo era solo una niña.


Semidiosa y Bruja (PJO y HP) 1 LIBRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora