Semidiosa y Bruja (PJO y HP) 1 LIBRO

Hades

Entraron a los tristes Asfódelos. Alex no extrañaba ése lugar, pero bueno estaban ahí por una razón más importante que sus gustos. Los cuatro campistas intentaron pasar desapercibidos por entre la gente, pendientes de que no se acercaran los demonios de seguridad. 

Caminaban entre los muertos, Alex estaba más acostumbrada que el resto, pero eso no quería decir que le parecía una linfa vista. Los muertos no daban miedo, solo eran tristes. Alex estaba... neutral. 

Siguieron abriéndose camino, hasta que entró dentro de su campo de visión los campos de castigo. Estaban cercados con alambres puntiagudos, dividiendo diferentes castigo. Gente se quemaba, estaba obligada a hacer trabajos manuales, era perseguida por perros del infierno, incluso algunos estaban obligados a correr por entre cactus desnudos. Habían cosas mucho peores. 

Por el otro lado se dirigían a los campos Elíseos, la cual era una visión mucho más tranquila. Estaba cercado por murallas, y era la zona más pacífica del inframundo. Habían casas preciosas de todas las épocas, villas y mansiones. Flores de plata y oro lucían en los jardines y la hierba ondeaba con los colores del arcoíris. Se oían risas y desprendía un olor a barbacoa. En algún sitio de allá, estaba su madre. Pero había hecho una promesa: Aceptarlo y seguir adelante. 

No era tan fácil. 

- De eso se trata - le dijo Annabeth a Percy de la nada -. Ése es el lugar para los héroes. 

Siguieron su camino y la oscuridad aumentó mientras se internaban en los Asfódelos. Tras unos kilómetros caminando se encontraron a Las Furias. Las tres. Pero que buena suerte.

- Supongo que es un poco tarde para dar media - comentó Grover esperanzado. 

- No va a pasarnos nada - lo tranquilizó Percy aparentando seguridad. 

A Alex probablemente no le pasara nada muy malo, estaba en "su hogar", pero a ellos... bueno, no eran los más bienvenidos en aquel lugar. Sobretodo en ésa época. 

- A lo mejor tendríamos que buscar en otros sitios primero - sugirió Grover -. Como el Elíseo, por ejemplo... 

- Venga, Grover - dijo Annabeth intentando que todo terminara cuanto antes.

- Sí, si... ¿seguros que no buscamos primero por allá? - señaló a un lugar cualquiera. 

- Venga, pedazo de cabra - Reclamó Alex. Annabeth lo agarró del brazo y tiró de él. 

Grover emitió un gritito. Las alas de sus zapatillas se desplegaron y lo lanzaron lejos de Annabeth. Aterrizó como un saco de papas. ¿Qué mierda les pasaban a sus zapatillas? ¿No será...? 

- Grover - lo regañó Annabeth -. Deja de hacerte el tonto. 

Grover gimió. 

- Annabeth, no creo que sea Grover... - se vio interrumpida por los zapatos de Grover empezaron a revolotear como locos. Levitaron unos centímetros por encima del suelo y empezaron a arrastrarlo.