Holmes Chapel 1&2 » ¡En proceso!

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400 leídos, sin duda ha sido la primera novela que he escrito que ha tenido tanto éxito, muchas gracias♥

Pd: creo que el capítulo anterior no era demasiado bueno, espero que este esté mejor.

Mi tía ha empezado a trabajar otra vez, así que yo me quedo sola por las mañanas, a veces miro la televisión, u otras me quedo durmiendo. También hablo con Clara por Facebook desde el portátil de mi tía cada día de la semana. Ahora me encuentro en el sofá de casa con el portátil en mis piernas, y mirando Tumblr. El timbre suena y yo suspiro, ¿quién es a esta hora? Me levanto y abro la puerta, sonrío al encontrarme con Harry y Gemma.

-Hola-dice Gemma con una sonrisa.

-Hey-miro a Harry, el cual mira hacia el suelo.

-Íbamos a la panadería, ¿te apetece venir?-hago una mueca con mis labios y luego miro hacia adentro.

-Claro, porque no. Pasad y yo me visto. -ambos pasan y yo me dirijo hacia mi habitación, escucho como hablan desde aquí, pero no le tomo importancia y me visto con rapidez.

Cuando salgo de la habitación Gemma está sentada en el sofá con un pie en las piernas de Harry, y él tiene sus manos encima de este. Sin razón alguna, me pongo celosa.

-¿Vamos?-digo con una sonrisa y ambos asienten, apago mi portátil y salgo detrás de Harry. Él me indica que pase primero con un gesto caballeroso pero gracioso a la vez.

-A mí nunca me haces eso, cabrón-dice Gemma ofendida.

-Tú eres tú, y Rachel es Rachel-dice riendo, miro a Gemma y ella bufa, coge mi brazo y empieza a hablarme de cualquier cosa, Harry se pone a mi lado y mira hacia el frente todo el camino.

-¡Rachel! Me alegro de verte mi amor-sonrío y abrazo a Anne.

-Igualmente.

-Mamá, puede venir con nosotros a hacer la masa, ¿por favor?-todos miramos a Anne y ella suspira.

-Si a ella no le molesta, sí-ahora las miradas se centran en mí.

-No me molesta-digo rápidamente, Anne asiente y pasamos a la cocina.

-Toma, ponte esto-Gemma me pone un delantal y me enseña las cosas prácticas para hacer la masa perfectamente.

Ella se va a atender a una mesa y yo me quedo dando forma a la masa, maldigo cuando la masa se rompe.

-Mierda-escucho a Harry reírse de fondo, me giro con el ceño fruncido y bufo-¿Y tú de qué te ríes?

-De ti-se acerca y mira la masa destrozada. -Te enseñaré.

Hace que me gire y pone sus manos encima de las mías para aplastar la masa y hacerla una bola, agarra mis muñecas con delicadeza y hace fuerza sobre estar para que yo también la haga sobre la masa, su aliento choca contra mi oreja y yo siento un cosquilleo recorrer cada parte de mi cuerpo.

-Tienes que tratarla bien, como si fuera la cosa más frágil del mundo-asiento mientras sus manos se siguen moviendo encima de las mías. -¿Crees que podrás hacerlo sola?

-Sí-digo rápidamente, él se aleja de mí y se va a limpiar de nuevo. -¿Desde cuándo tenéis esta panadería?

-Desde que yo nací-dice con una sonrisa, yo miro la masa perfectamente plana en la encimera, cojo un vaso y le doy forma a las galletas para luego poner algo de chocolate encima y meterlo en el horno.

-Esto ya está-digo y me giro para mirar a Harry, sus brazos resaltan más de lo debido y yo siento como mi cuerpo reacciona de una extraña manera. Miro cada tatuaje de su brazo, muerdo mi labio y suspiro.

-¿Puedes limpiar lo que queda mientras yo voy a decirle una cosa a Gemma?

-Claro.

Miro la extraña pica, no tengo ni idea de cómo funciona, la miro fijamente y le doy a sitios que no hacen nada, la manguera cuelga de arriba y yo la cojo y la enfoco hacia mí, cierro un ojo y la estiro más para acercarla a mí, pero en ese momento el agua sale disparada mojándome entera. Suelto un grito y Harry entra con rapidez, cuando me ve, empieza a reírse. Le miro como si fuera a matarle.

-¡No tiene gracia!-me quejo y limpio mi cara, Harry sigue riéndose sin parar, por lo que cojo la manguera y la apunto hacia él, estiro y el agua sale disparada hacia su cara. -Quién ríe último, ríe mejor.

Limpia su cara con su boca abierta y se acerca a mí, coge la manguera de nuevo y me moja entera, grito desesperada y consigo arrebatársela para mojarle la ropa.

-¡Ya basta!-ambos paramos de reírnos y vemos a Anne roja de la ira-¡Los dos a limpiar ahora mismo!

-Ha empezado ella-dice Harry como un niño pequeño, yo abro mi boca y le meto la manguera por la camiseta, tiro de ella y él suelta un grito desgarrador. Volvemos a la guerra de agua y Anne acaba mojada de pies a cabeza, la miro seria y avergonzada, hasta que ella empieza a reírse.

Venir aquí ha sido la mejor idea que he tenido alguna vez.