—¡Por favor! —me siguió por la enrome sala, intentando alcanzarme.
—Se te está yendo mucho la cabeza si crees que voy a dejar de esperar a Rachel, por ti. —dije con un cierto tono de repugna.
—Lleva casi un año encerrada, está loca y cuando salga estoy segura que estará llena de traumas —cogió mi mano y me giró hacia ella. Sus manos rodearon mi cuello y suspiré. —Sé que puedo hacerte feliz Harry.
La miré fijamente mientras sentía su cuerpo adherirse a mí. —Lleva once meses, y ni siquiera ha sido capaz de hablar con vosotros por teléfono, ¿cuánto más piensas alargar tu pesadilla?
—Lo que haga falta, Anabez —la separé y ella bufó. —Estoy enamorado de ella, qué digo enamorado, estoy loco por Rachel. Desde que pasó toda esa mierda, la cual tú fuiste una de las razones que lo provocó, he aguantado demasiado, así que no hagas que mi paciencia colme, ¿vale?
—¿Qué es de tu madre? —se sentó en el sofá mirándome con una sarcástica sonrisa. —Me han dicho que la vieron por última vez en el aeropuerto de Londres.
Convertí mis manos en puños, respiré un par de veces antes de dedicarle una mirada de asco. —No sé qué es de ella, por qué siquiera te importa. Si ella habla, irías a la cárcel.
—Oh, pequeño Styles —se levantó y acarició mi rostro con suavidad. —No sabes cuánto le costaría que fuera a la cárcel, a parte, para eso tendría que incriminar también a su amor.
—Vete a la mierda Anabez, ni siquiera sé por qué no soy yo quién va a la policía y acaba con todo esto.
Soltó una sonora carcajada, subió más su pantalón dejando al aire mitad de su glúteo. —Porque cariño, si hablas, tus padres se verán tan jodidos como yo, y ambos sabemos que no eres tan rencoroso como Gemma, tú no podrías verlos tras unas rejas.
Sonreí, me acerqué a ella y alcancé un mechón de su pelo entre mis dedos, tiré de este acercándola a mi rostro.
—Te equivocas, si crees que en algún momento no fui a la policía por Anne, vas clara —me miró con sus cejas fruncidas. —Y puedes ir pensando donde quedarte después de que Rachel salga, porque como ella me de el consentimiento, verte esposada para que te metan en la cárcel, será la sensación más agradable de mi vida.
—Eres un completo hijo de puta.
—Fuiste tú quién decidió meterse con mi padre —me alejé pasando la mano por mi pelo. —Y fuiste tú, quién quiso meter a Rachel, y tal vez te funcionó durante el tiempo que estuvo en coma, pero ella ha despertado, y haya pasado un año, dos, o media vida, sé que la justicia te llegará.
Su respiración se volvió rápida, sus ojos se cerraron cogiendo aire con profundidad. Tragó saliva antes de coger su bolso y su chaqueta.
—Te juro, que haré lo posible para que también te impliquen a ti.
—Buena suerte, bonita —gritó de rabia tirándome un vaso de la mesa.
Lo esquivé justo a tiempo, el cristal se rompió en pedazos provocando un estruendoso ruido, el líquido que había dentro se desparramó por toda la pared. La miré con el miedo aún en mi cuerpo.
—¡Estás enferma Anabez! ¡Eso podría haberme matado!
—Esa era la idea, idiota —gritó cogiendo otro vaso.
—¡Para! —lo lanzó contra mí de nuevo y este rozó mi brazo antes de romperse también en pedazos.
—¡Te odio!
—¡Necesitas un psiquiatra! ¡Estás igual de loca que tu madre! —solté sin pretenderlo.
Su mano, la cuál contenía un plato, bajó lentamente. Me miró fijamente y vi como sus fosas nasales se hacían cada vez más grandes.
—Anabez...yo no quise decir eso.
Metió la mano en su bolso, arrugue mis cejas y cuando vi una pistola salir de ahí, el aire se cortó en lo más profundo de mí. Mis manos empezaron a temblar, la miré con el mayor terror jamás sentido en mi cuerpo.
—Jamás debiste decir eso —la cargó y cerré mis ojos esperando el sonido de la bala.
—Como dispares esa pistola, estás muerta Anabez —la voz familiar de mi hermana me hizo recobrar el aire.
Mantenía un bate en sus manos, y estaba más que dispuesta a utilizarlo.
—Yo no estoy loca —la miré para ver como las lágrimas caían por su rostro.
—Baja el arma —susurré con la voz temblorosa.
—¡Tu novia es la que está loca!
—Baja el arma, Anabez —me acerqué lentamente a ella.
Cogí la pistola y la lancé lejos antes de inmovilizarla, cogí su bolso y lo lancé fuera de mi casa, la empujé suavemente a ella después y suspiré.
—La has cagado.
Cerré después de eso. Unos brazos me rodearon con fuerza, mis ojos se mantuvieron cerrados todo el tiempo. Besó mi mejilla varias veces antes de alejarse y limpiar sus lágrimas.
—¿Qué hacía ella aquí?
—Ni yo lo sé, Gemma —tapé mi rostro dejándome caer sobre el sofá. —Creí que no lo contaría.
—No sé ni cómo la has dejado entrar, idiota —casi gritó sentándose a mi lado.
La miré y sonreí. —¿Qué haces en Holmes Chapel? Creí que estabas estudiando en Londres.
—Y estaba allí.
—¿Qué te ha hecho venir aquí entonces?
Se quedó en silencio un largo rato, se dejó caer sobre el respaldo del sofá y tapó su rostro con ambas manos.
—¿Estás bien Gemma? ¿Te ha llamado mamá o algo?
—No la llames así.
—Sigue siendo nuestra madre...
—¡No para mí! —se levantó y me miró respirando con rapidez.
Creí que había pasado todas las sensaciones posibles, creí que después de que Anabez se marchara acabaría mi martirio, pero sus palabras, aquella frase, fue como una puñalada en mi vientre.
"Rachel me llamó, he estado con ella hoy"
Mi corazón dejó de latir debido al dolor que estaba sintiendo. ¿Por qué quería ver o se sentía lista para ver a todo el mundo; menos a mí?
Aquí está el otro, el que queda intentaré subirlo mañana!
ESTÁS LEYENDO
Holmes Chapel 1&2 » ¡En proceso!
FanfictionRachel se mostró débil desde el momento en que la vi, nunca creí que realmente pudiéramos conectar; pero me equivoqué. Protagonista: Rachel Aranda♥Extraordinhxrry. "Eres la mejor babe" Portada hecha por xniallcrownx