Sobreviviendo a Dixon.

Terrón de Azúcar.

N.A: Este es el último capítulo de la temporada! Nos desapareceremos por un rato para escribir la temporada que viene, llegaremos cuando menos lo esperen, así que no se descuiden de Wattpad! La historia comienza a tomar un rumbo bastante distinto al de la serie desde este momento. Ya veremos que pasa.

Las saludan por última vez esta temporada, Catalina y Paulette.

Terrón de Azúcar.

-¡Agachate! - Gritó alguien.

>  Si no lo hacía, los caminantes me devorarían, y si lo hacía, quizás también moriría, podría ser una trampa. Pero siendo ese el caso, no me quedó más tiempo para pensar y siguiendo mis instintos obedecí a la voz que a la lejanía me indicaba que hacer. Segundos después escuché el ya tan conocido ruido de las balas de una ametralladora atravesando los cráneos de los muertos vivientes y seguido de ello, sentí la sangre y los cuerpos caer sobre mi cuerpo.

Las balas dejaron de escucharse, pero no podía arriesgarme a que me mataran ahora que el camino estaba libre. Me quedaría bajo los cuerpos, simularía estar muerta y cuando la persona se fuera, me iría por otra ruta para entrar a la cárcel. Su voz volvió a llenar el actual silencio.

-Oye, ya puedes salir de ahí - Era una voz masculina y muy ronca que de inmediato me hizo recordar a Daryl, alguien que quizás nunca volvería a ver por el resto de mis días, algo que sin duda rompía mi corazón.

No pensaba moverme.

Escuchaba el sonido de sus zapatos haciendo contacto con la tierra en forma de pasos secos, que cada vez parecían estar más cerca. Contuve la respiración. Tenía un caminante sobre mi cuerpo el cual casi me tapaba por completo, debía procurar quedarme inmovil. Haría el estúpido e inútil intento de mantener la respiración por cuanto tiempo él estuviera junto a mí - Sabes que puedo verte ¿Cierto?

> Preferí seguir quieta hasta que se fuera. Sentía que miraba hacia abajo donde estaba yo. Movió el cuerpo del caminante con su ametralladora quitándomelo de encima y luego comenzó a clavarme la boca caliente del arma en la piel de mi espalda > Traté de mantenerme quieta y de evitar el dolor, pero la quemadura que me estaba causando era demasiado intensa. Empujé la ametralladora como se me hizo posible, ya que no podía más con el dolor.

-¡AGH! - Grité y rodé los ojos lejos del cañon para luego sentarme como pude con la carne ardiendo y tratando de quitarme la polera que estaba pegada a la piel y con los ojos llorosos escuché nuevamente la voz de aquel cruel hombre.

-¿Crees que soy estúpido? ¿Qué creería que estabas muerta y que me iría nada más?

Aun seguía tratando de arrancar la camiseta de la herida cuando al escuchar sus palabras la rabia logró controlar mi boca y mis palabras, aunque no totalmente.

-Obviamente no, imbécil. Solo creí que quizás serías un poco más inteligente como para notar que no me movería para que tú siguieras tu camino y me dejaras en paz y sola, no creía que fuese tan dificil de comprender.

-A quién llamas imbécil, maldita niña. Salvé tu maldito trasero.

-Te digo imbécil y con toda razón. Me clavaste tu maldita ametralladora  aun caliente en la espalda - Logré sacarme el trozo de tela que tenía pegado, pero no pude evitar soltar un grito de dolor y que lágrimas silenciosas rodaran por mis mejillas, humillada y molesta.

-Mira - Dijo - No hubiese tenido que hacerlo si tú me hubieses hecho caso.

-No, no hubieses tenido que hacerlo si tan solo... - Me tragué la lengua, si quería seguir viva no me convenía seguir hablando. Me puse de pie - ¿Sabes qué? Solo... olvídalo, nada más dejame sola, vuelve por donde viniste.

-¿Y dejar que entres a la cárcel sin más?

-Sí...

-Ni lo sueñes niña.

-Pero ¿Por qué? Puedo irme a algún pabellón que no estés y no tendrás que volver a verme, después de todo es una prisión. Es grande.

-No, primero debo llevarte con Tyler para que él decida que hacer contigo.

> El tipo parecía rudo y algo idiota, así que trataría de cuestionar su poder, quizás así me dejaría tranquila.

-¿Así que eres un perrito faldero? ¿Sigues todas sus órdenes al pie de la letra?

-Pues... sí - Me sorprendió su respuesta, al parecer no era tan manipulable. Me tomó del brazo fuertemente, de lo cual traté de zafarme sin éxito. Me guió hasta el interior del recinto.

-¿Esto es en serio? - Pregunté molesta y harta de lo que estaba ocurriendo.

-Sí, muy en serio - Respondió a mi murmullo - ¡Mike! - Gritó y alguien vino en seguida.

-¿Qué? Oh... - Dijo al verme. Era un hombre alto y de brazos aparentemente fuertes, con rasgos muy masculinos y una voz algo grave. Me inspeccionó de los pies a la cabeza con sus ojos grises y se peinó el cabello con los dedos y suspiró - ¿Y tú eres?

Lo miré indiferente y no respondí ya que no pensaba hablar.

-¿Acaso está muda? - Le preguntó al tipo que sostenía mi brazo.

-No, tú solo ayúdame a llevarla con Tyler.

-Oh, claro - Tomó el brazo que tenía libre  y me llevaron a través de los poco iluminados y estrechos pasillos de la prisión. Estaba todo muy silencioso y solamente se escuchaban nuestros pasos chocar con el piso reluciente que había bajo nuestros pies. La herida de la ametralladora se sentía latente en mi espalda, ardía como nunca. Entramos a un pabellón y nos paramos frente a una celda que se encontraba cerrada con simplememte una tela para poder tener privacidad. Era una de las cientas que había en la prisión y no parecía tener nada de especial dentro. El tal Mike lo llamó.

-Oye Tyler, tenemos algo para tí.

-¿Qué? - Dijo una voz que me sonó conocida y que solo segundos después comprendí.

Abrieron el telón y lo vi con mis propios ojos.

>

Él y yo nos quedamos quietos como si fuesemos las estatuas de algún artista que quería comunicar lo que significaba la miseria humana a una persona común que quisiese tratar de comprender su arte. Durante un lago tiempo hasta que Mike habló.

-Qué...

-¿Terrón? - Dijo él interrumpiendo a su compañero y con un poco de duda e incredulidad en sus palabras.

>  Tenía los ojos abiertos como platos, en serio no podía creerlo, no me salían las palabras de la boca. Segundos después de escuchar su voz y de estar completamente segura de que era él, mi boca pudo articular una sola palabra y con bastante dificultad.

-O... Oliver.

Continuará...

N.A: Ese fue el final de la temporada ¿Esperaban que esto pasara o quien creían que era? ¿Les gustó? Voten, comenten y sean felices en lo que nos ausentemos (No duden en hablarnos, no mordemos) Comenten (Sí, nuevamente) Dalalai  y adiós.

Se despiden esta temporada, Catalina y Paulette.