Sobreviviendo a Dixon.

Amanecer.

N.A: Hola a todos de nuevo, otro Martes, otro capítulo.

Esta vez no tengo nada en específico que decirles, solo como siempre desear que les guste el capítulo que con tanto cariño e inspiración ha sido escrito y... Dalalai, comenten, compartan, lean ZET y Cherry Blossom, y... eso.

Les saludan otro Martes, Catalina y Paulette.

Amanecer.

Desperté alrededor de las 5 o 6 AM -o al menos eso me decía la intuición- a esa hora no tenía nada que hacer, pero tampoco volvería a dormir.

Me levanté, saldría a practicar. De una vez por todas aprendería a cuidar de mi, y ahora más que nunca lo necesitaría, ya que solo tenía una brazo útil.

Una vez afuera, estiré mi brazo bueno y saqué la navaja de mi bota izquierda.-Donde la guardé la última vez.-

Estaba toda sucia, lo único que no estaba sucio era el cabestrillo nuevo e improvisado de la noche anterior, pero todo lo demás estaba sucio además de apestoso. Mi polera era de manga larga, pero no lograba protegerme del todo de aquel espantoso frío que me hacía estremecer.

Me encaminé al bosque tras la gasolinera.

-¿Qué haces?- Era Andrea.

-Iré a practicar.

-¿Con una mano?

-Si, con una mano.

-Es peligroso.

-Lo sé, pero puedo cuidarme ¿Sabes?

-Claro.- Dijo ella dudando de mis capacidades.

-Si puedo, además nadie tiene porque enterarse.- Le guiñe el ojo.

La mujer me miró detenidamente y dijo:

-Ok, pero no te demores, nos iremos apenas despierten.

-Ok.- Respondí seria.

Me dirigí al bosque por fin. A causa de lo temprano que aparentaba ser, no había mayor ruido.

Los primeros caminantes se me hicieron difíciles.- Incluyéndole las ganas de vomitar.- pero cada vez me costaba menos y empezaba a resistir aquel repugnante olor a muerte. Llegaban de a uno o de dos, pero no más que eso. Y con cada uno de ellos descargaba mi furia, frustración y tristeza por lo acontecido en los últimos días. Empecé a cansarme y los caminantes a llegar a llegar en mayor número, uno, dos, tres y en aumento, se acumulaban por mi demora en aniquilaros.

Debía volver, ya era suficiente por hoy. Maté a los caminantes que quedaban, pero noté que me había quedado uno tras de mí. Aún le estaba arrancando la navaja al anterior cuando sentí un gruñido muy cerca de mi. Trataba de sacarlo, pero no salía. Me dí vuelta para quedar frente con aquella asquerosidad, totalmente desarmada.

Lo empujé con el pie y rápidamente me tiré al suelo, colocándome bajo el cuerpo del caminante atravesado por mi navaja, pensando en que quizás despistaría al que intentaba probar un bocado de mi, quizás por el olor, aunque lo dudaba, ya que estaba a solo alrededor de un metro de distancia de mi y debía notar por instinto.- y por el olor.- que yo estaba bajo aquel cuerpo.

Me quedé allí, quieta, rogando por que el caminante no hubiese notado mi presencia, lo sentía cada vez más cerca y mi respiración comenzó a acelerarse, quizás por el miedo, aunque pensara que si ese era mi momento de morir lo aceptaría para así reunirme con Tyler y mis padres, al otro lado.

Estaba tan solo a unos centímetros de mi. Me había notado, iba a dejarme llevar cuando una flecha atravesó su cráneo. El caminante cayó y yo miré en dirección de donde venía la flecha.