24. Granja

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DIXIE DAMELIO

De alguna extraña manera, llegamos a los vagones de un tren que no tenemos idea de adonde va.

Bien, retrocedamos un poco. Después de estar un rato pensando qué hacer en la orilla del mar, recordamos que cerca de donde nos encontrabamos, había una estación de tren, por lo que nos dirigimos hasta allí.

A Chase le costó un poco más caminar con una pierna herida, se la pasó cojeando y saltando en un solo pie para poder avanzar.

Ahora si que no teníamos dinero, todo quedó en el agua, absolutamente todo. Antes por lo menos teníamos para comprar, no sé, un chocolate, pero ahora no tenemos nada.

Al llegar a la estación de tren, había uno que estaba a punto de partir, pero ni siquiera sabíamos hacia dónde, aunque no nos importó. Al final del tren había un vagón vacío, por lo que nos subimos ahí con cuidado de que nadie nos vea.

Al subir, no había nada más que heno, supongo que para animales o no sé.

—Viendo el heno —habla mi hermana—, supongo que iremos al campo o algo parecido.

—Sería un buen lugar para pasar desapercibidos —responde Noah—, también podemos acomodarnos en el heno para dormir un poco.

—¿Es normal que ya no sienta mi pierna? —pregunta Chase.

—Tomando en cuenta que básicamente te rozó una bala —responde Charli—, sí.

Nos pasamos hablando estupideces por el camino, podría decir que el viaje duró unas dos o tres horas, pero no sabemos con exactitud.

—Bien —hablo—, debemos bajar, así nos podremos mezclar con la gente.

—Nuevo problema —habla Chase con falsa emoción—, aquí vamos...

Abrimos la puerta del vagón y nos bajamos rápidamente mezclandonos con la gente que transitaba por el sector. Empezamos a ver a nuestros alrededores, era una especie de campo, había una carretera donde pasaban autos extremadamente viejos, era algo así como un Oasis, es este tipo de pueblos que sale en las películas.

—Y... ¿Ahora? —pregunta Noah.

—Debemos hacer parar a un auto para que nos lleve a algún lugar —responde Chase—, o por lo menos preguntar donde estamos.

—Si hacemos parar un auto, probablemente nos secuestren —añade Charli.

—No seas exagerada —alego.

Rueda los ojos y seguimos caminando por la estación.

Vemos a una señora, que por lo visto ronda los 40 y 50 años, decido acercarme a ella para preguntar donde estamos ahora mismo.

—Disculpe —llamo su atención—, ¿sabe qué pueblo es este?

Suspira y rueda los ojos para luego responder.

—Collynsville.

Con los chicos nos miramos entre sí, no sabíamos de la existencia de este pueblo ni tampoco conocíamos el nombre, al parecer no fueron tres horas en tren, ya que debe ser bastante lejano a la ciudad como para no conocer el nombre.

—¿Podría decirnos la hora?

—Los adolescentes de hoy son tan molestos —reclama la señora—. No soy reloj de nadie, si tanto quieren saber la hora, busquenla, pero no cuenten conmigo.

Los Misterios De Queen's | Tiktokers ¦ 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora