32. Día Tras Día

513 66 13
                                    

CHARLI D'AMELIO

Día 3.

Estoy encerrada como si fuera una loca, siendo alimentada a punta de drogas y calmantes. Siendo tratada como si fuese un objeto sexual.

—¿Vas a comer hoy o quieres más droga, chiquita? —pregunta Dylan.

Mi cuerpo me pide droga, pero mi cerebro pide comida. No quiero volver a ser dependiente, es algo que odiaría tener que pasar por segunda vez.

—Comida —respondo de manera seca.

Después de responder, vuelve a ponerme los tapones en ambos oídos, impidiendo que escuche hasta el más fuerte sonido.

Dylan sale de la habitación y vuelve con una bandeja con comida, lo miro con el ceño fruncido.

Veo como suspira y vuelve a sacarme los tapones por un momento para decir. —Te desataré los brazos, solo para que puedas comer, si intentas hacer algo que no sea comer, no comerás ningún día más, solo droga, ¿entendiste?

Asiento.

Me desata los nudos que tengo en mis brazos, al ser desatados, los estiro con dolor. Dylan vuelve a ponerme los tapones y me deja la bandeja con comida enfrente mío.

Tomo los servicios con las manos temblorosas, luego de varios minutos, logro comer.

Mis brazos son atados nuevamente, con cada movimiento que hago, suena el maldito collar que me puso Dylan. Si bien ahora mismo no lo escucho, sé que está sonando.

Ya vuelta a la "normalidad", me recuesto sobre la cama, mirando al blanco techo, preguntándome si lograré salir algún día de este escalofriante lugar.

¿Hubiese podido escapar cuando no tenía los nudos en los brazos? La respuesta es un rotundo no. Mi cuerpo pesa y tiembla. No tengo fuerza para hacer nada, absolutamente nada.

Día 5.

El día de hoy, unos doctores me desataron los nudos de las piernas, por lo que puedo caminar libremente por la habitación.

He estado libre de las drogas desde hace dos días, aunque estoy empezando a caer en la demencia cada vez más cuando mi cuerpo me pide más y más.

Me levanto de mi camilla, sin escuchar si hago ruido o no gracias a los tapones, mis pies descalzos hacen contacto con el frío piso del cuarto blanco.

Empiezo a ver las paredes, pero paro en seco cuando encuentro un escrito en una de ellas.

"Si alguien más termina en esta habitación, escapa. Si no lo haces, morirás por una sobredosis, los primeros días son buenos, pero los siguientes te inyectan como si no hubiese un mañana."

Corro automáticamente a la puerta, me muerdo los labios con fuerza sin saber que hacer. Hago movimientos con mis hombros tratando de sacar los tapones, lo logro con éxito.

—¡Abran la puerta por favor!

El maldito collar empieza a sonar con cada movimiento que hago.

—Se los ruego, ¡abran la maldita puerta! —pateo la puerta con fuerza, lastimandome el pie, pero lo ignoro— ¡Abran la puerta!

—No podemos hacer eso, paciente. —habla un doctor desde fuera.

Los Misterios De Queen's | Tiktokers ¦ 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora