Los Misterios De Queen's | Tiktokers ¦ 1

34. Búsqueda

⚠️¡TW de autolesiones!⚠️

CHARLI DAMELIO

Día 15

Despierto de golpe cuando escucho como se abre la puerta. A través de esta aparece alguien que estoy esperando desde hace días.

—Chase...

—Linda...

¿Linda? ¿Desde cuándo me dice Linda? No importa, lo importante es que está aquí. Conmigo.

Este corre a abrazarme, mientras yo lloro silenciosamente sobre su pecho, esperé demasiado este momento.

—Sácame de aquí ,por favor... Ya no aguanto más...

Este mismo me toma en brazos, sacándome de la habitación. En el suelo de los pasillos puedo ver a Dylan tirado. Más adelante hay doctores en el mismo estado que Dylan, por lo que tenemos la pasada libre.

Fuera del lugar, me espera mi hermana, Dixie. Esta al verme, corre a abrazarme.

—Te extrañé, Dixie...

—¡Pues fíjate que yo no! —esta me entierra una navaja en el abdomen, la sangre corre y corre, y...

Abro los ojos de golpe.

Sólo fue una ilusión.

Estoy sentada en una esquina de la habitación, con las rodillas hacia mi pecho, llorando en medio de estas.

No puedo no tener ilusiones cada vez que cierro los ojos, es involuntario.

Me paro de mi lugar, mi mundo da vueltas, doy pasos en falso. Aumentaron mi dosis de droga, haciendo que afecte más a mi organismo.

—¡Estoy jodidamente cansada!

Esto se ha vuelto una especie de rutina, el gritarle a Dylan, que venga enojado, me inyecte o me viole cada día que se le antoje.

—¿¡Me escuchas!? ¡Perdí todo! ¡Perdí a mis amigos, a mi familia, todo! Maldita sea...

Caigo de rodillas al suelo, lastimandomelas un poco.

Mis uñas han empezado a crecer, por lo que me sirven para autolesionarme.

Subo las mangas de la fina tela que cubre mis extremidades, y con la uña de mi dedo pulgar, empiezo a hacer líneas, de manera vertical.

No siento ni una pisca de dolor, al parecer ya soy inmune a él.

—¿Quieres que te ate los brazos de nuevo? —habla Dylan entrando a la habitación.

—Déjame morir.

—Si te mueres, no tengo diversión, por lo que mi respuesta es un rotundo no.

—Déjame... Sólo déjame, te lo ruego...

Silencio.

—Ya no aguanto. Si quieres seguir con esta tortura, ya no tiene sentido seguir respirando, déjame morir...

—No.

—¡Maldita sea, Dylan! ¡Te estoy rogando!

—¡Ya cállate! —su mano estampa contra mi cara en reiteradas veces, hasta dejarme casi inconsciente.