Capítulo 14: Asalto.

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Dentro de una cueva oscura, iluminada nada más que por una vela, estaba despertando Sasuke después de una dura pelea contra su hermano mayor que casi le cuesta la vida. Abrió los ojos y se sentó, sin saber exactamente donde estaba ni cuánto tiempo había pasado de eso.

—He tratado tus heridas —le dijo la voz de lo que parecía un hombre, oculto desde las sombras—. Tú ganaste —Sasuke volteó la cabeza levemente, tratando de ver de quién se trataba, pero debido al desgaste de sus ojos y la mezcla de oscuridad no vió nada—. Aunque sufriste bastante daño.

Los pasos de aquel individuo comenzaron a sonar, indicando que se estaba acercando, segundos después finalmente reveló que se trataba de Obito aún conservando su máscara y sin el brazo que perdió hace poco. Sasuke lo miró sin decir nada, aún estaba muy conmocionado por su más reciente pelea.

—No encontramos antes. Puedes olvidar lo que pasó con Deidara, ya no soy más tu enemigo —dijo nuevamente, observando el rostro inexpresivo de Sasuke—. Te traje aquí porque quiero hablarte de algo —el ruido del cristal hizo que finalmente le prestara atención, viendo que tenía dos esferas naranjas en la mano—. Creo que te interesaría saber lo que estas cosas pueden hacer, pero para usarlas primero necesito el resto.

Sasuke recordó a Videl tratando de quitarle la esfera que él tenía, en ese entonces no sabía que habían más y que en verdad servían para algo. Esa chica le dijo que la necesitaba para volver a su mundo, ¿Qué rayos eran esas malditas esferas?

—¿De dónde las sacaste? —cuestionó seriamente.

—Eso no tiene importancia —respondió con simpleza—. Necesitamos las otras cinco, que muy probablemente estén en la aldea de la hoja. Pero no será fácil acercarnos con esos niños ahí rondando. Esto es lo que me hicieron —le mostró el brazo que le faltaba, levantándose la camiseta.

—¿De qué niños estás hablando? No comprendo nada, solo me estás haciendo perder el tiempo —soltó fastidiado—. No me interesan las esferas ni la aldea de la Hoja.

—¿Seguro? ¿Ni aunque pudieran revivir a un muerto? —su pregunta consiguió dejarlo paralizado, causandole una sonrisa de satisfacción bajo la máscara—. Desafortunadamente no existe rival para esos dos. Pero no te preocupes, tengo un plan que involucra un pequeño viaje —dijo esto último mientras abría el ojo derecho con el Sharingan.

Un par de días pasaron luego de que la misión de capturar a Itachi fallara, ya que, había sido asesinado y no quedaron rastros de su cadáver o de su hermano. La tarde del día siguiente, Goten y Trunks estaban caminando tranquilos por la aldea buscando algo con que entretenerse, hasta que vieron a cierto rubio a lo lejos. Los dos se animaron y corrieron hacia él, ignorando lo cabizbajo que parecía.

—¡Oye, Naruto! —lo llamó Goten, interponiendose en su camino junto con Trunks—, ¿Quieres venir a jugar?

Esperaron su respuesta sonrientes.

—Lo siento, no puedo —respondió con un tono apagado. Tomó a Goten de un hombro y lo apartó del frente, siguiendo su andar.

—¿Pero qué le pasa? —se preguntó pensando que había hecho algo malo.

—Ya ves que raros son los adolescentes, igual que los adultos —dijo Trunks subiendo los hombros.

—¿No crees que le pasa algo? Se ve muy mal —insistía preocupado—. A lo mejor es porque no pudimos encontrar a ese Sasuke.

—No es eso —la voz de Kakashi atrás de ellos los sorprendió—. Le acaban de dar la noticia de que Jiraiya murió en batalla —él también se veía bastante serio, pero no tan afectado como Naruto.

Perdidos [DBZ x Naruto Shippuden]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora