Perdidos [DBZ x Naruto Shippuden]

Capítulo 18: Los cinco Kages.

En el espacio viajaba una nave con forma redondeada, en su interior la iluminación era algo baja y rojiza debido a que la gravedad estaba siendo aumentada. Los tripulantes a bordo desconocían la situación actual del mundo exterior y por su ubicación les era imposible saberlo.

—Espero que Videl, Goten y Trunks se encuentren bien —murmuró Gohan luego de dar una voltereta de 360 grados y caer de pie—. También espero que esos dos no le estén causando problemas a nadie —suspiró angustiado, bajando la cabeza de solo imaginar lo que podrían estar haciendo.

En lo que el joven Saiyajin pensaba preocupado, alguien saltó por el frente extendiendo un puño.

—¡HA! —Vegeta intentó acertarle un golpe directo en el rostro pero Gohan retrocedió a tiempo—. ¿Qué esperas? Más vale que empieces a atacar porque no tendré compasión —exclamó tirándole una patada lateral.

Gohan se agachó flexionando las rodillas rápido, la pierna del príncipe pasó a unos milímetros arriba de su cabeza.

—Entrenar con Vegeta es más severo de lo que imaginé. Y todavía faltan dos días —sollozó unos pocos segundos para después ponerse serio y subir la guardia.

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En el país del Hierro se veía el típico clima frío de ese lugar, con una gran cantidad de nieve por todos lados y algunos copos cayendo del cielo, en donde, justamente dos pequeños iban volando a la par.

—Parece que se detuvieron en un pueblo porque hay otras pequeñas energías, tal vez están descansando —dijo Goten, concentrándose en sentir sus presencias a varios kilómetros de distancia—, ¿Deberíamos ir a ver? —volteó hacia el costado derecho en el que iba el pelimorado.

—No, espera —Trunks se quedó callado mirando hacia el frente, eso causó curiosidad en su amigo—. Adelante hay otras presencias más grandes y todas convergen en el mismo sitio, debe ser esa reunión que nos dijo ese chico.

—¡¿De verdad?! —una sonrisa de emoción se pintó en su rostro de inmediato—, ¡Deben ser esos Kages de los que habló! ¿Crees que sean muy fuertes?

—A lo mejor —asintió dándole más entusiasmo—. Pero hay que ir con cuidado, recuerda que la Hokage también estará ahí y si nos ve de seguro se enfadará como siempre.

Los dos dejaron de hablar y aumentaron la velocidad de su vuelo, en tan solo unos minutos llegaron a las afueras de un edificio que iba de abajo hacia arriba, terminando con una punta triangular cubierta por la nieve. Ambos se quedaron flotando para observar la estructura

—¡Es muy grande! —el menor de cabellos alborotados levantó los pies y las manos asombrado.

—Sí, ahí están todos ya, siento varias presencias —dijo no tan emocionado como su amigo. El ya estaba acostumbrado a ver edificios enormes, sin mencionar la casa en la que vivía.

—¡Hay que entrar rápido! Quizá encontremos a alguien que quiera pelear con nosotros —estaba tan alebrestado que olvidó modular su tono de voz.

En tierra, unos hombres portando vestimentas extrañas y espadas, se pusieron alertas cuando creyeron haber oído lo que parecía una voz que resultó ser Goten. Por suerte los dos descendieron y se escondieron rápido detrás de una de las paredes, esperando a que los Samurai se despistaran.

—Vamos —le dijo Trunks una vez que los guardias volvieron a vigilar que no hubiera nadie.

Los pequeños Saiyajin caminaron de puntillas a espaldas de los Samurai, entrando al edificio a través de una de las puertas. Ya adentro, comenzaron a correr por uno de los pasillos gritando y riendo mientras investigaban el lugar llenos de curiosidad.