Nota Autor: Advertencia para una discusión sobre abuso sexual infantil. No se describe ningún gráfico. Simplemente se reconoce que sucedió.
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Cuando llegaron a la sede del Diario el Profeta, Severus indicó a Deméter que se refugiara en un bosquecillo de pinos cercano y prometió silbarle cuando hubieran terminado. Ella le pellizcó la oreja amistosamente y se marchó de su hombro, con sus enormes alas haciendo volar su cabello. Mientras se alisaba los mechones, observó a la lechuza volar, medio deseando poder seguirla.
Merlín, esperaba que Harry supiera lo que estaba haciendo.
El interior del edificio le recordaba a Severus la Mansión Malfoy: tenía todo el pomposo mobiliario con la mitad de gusto. Los suelos de mármol blanco no mostraban ni una mota de polvo a pesar de los cientos de pies que andaban por allí. Las paredes de estuco amarillo pálido daban paso a enormes ventanales del suelo al techo en cada espacio disponible y soportes de caoba dorada entre ellos. Los altos techos abovedados tenían aún más dorado y una gigantesca claraboya daba al vestíbulo.
Harry dio un codazo en el brazo de Severus. -Un poco frou-frou, ¿no?-.
-Exageración-, coincidió Severus.
Harry señaló con la cabeza hacia los baños. -Cuando esté despejado, iremos a hacer los antídotos allí-.
-Como quieras, pero sigo pensando que es una idea terrible-.
-No sabes cuál es mi idea, amor-.
-Exactamente por eso creo que es terrible-.
Harry resopló. -Relájate. No tienes el monopolio de la astucia. Te prometo que no voy a ir a ciegas. Todo irá bien. Sólo vigila mi espalda, ¿de acuerdo? Parece que todo el mundo, excepto la recepcionista, ha vuelto al trabajo después de la pausa para comer, pero seguro que sabes que alguien puede llegar tarde. De todos modos, ¿crees que es seguro ir ahora?-.
Severus suspiró. -No, pero vayamos de todos modos. Sea cual sea el complot de Gryffindor a medias que has urdido, solo espero que funcione tan bien como la mayoría de tus instintos-.
-Lo hará-.
-Más vale que así sea-.
Severus hizo un gesto hacia una caseta vacía y comprobó el retrete. Una vez que estuvo seguro de que estaba despejado, protegió la puerta y sacó los antídotos del bolsillo del pecho.
-Todo despejado. Coge primero el azul, el antídoto del glamour. Una vez eliminado el glamour por completo, toma la poción de cambio de sexo, la verde. No debería doler tanto como la primera vez, pero seguirá siendo bastante doloroso. Ten cuidado de no dañarte-.
-Gracias, amor. Ahora vuelvo-. Harry se embolsó los viales y se encerró.
Un momento después, Harry salió de la caseta recuperando su aspecto habitual. Severus le dio un golpecito a las gafas para que volvieran a las monturas redondas que utilizaba y transfiguró su ropa femenina en su habitual camiseta muggle y sus vaqueros con zapatillas deportivas. Harry se sonrió a sí mismo.
-Gracias, amor, pero creo que necesitaré algo un poco más a la moda. Necesito parecer un mago con medios, y como no tengo sentido de la moda, eso significa que dependo totalmente de ti. Ayúdame, por favor-.
Severus puso los ojos en blanco y lo transfiguró con una túnica elegante y cara. El púrpura oscuro que había elegido resaltaba también los ojos de Harry. Frunció el ceño y añadió un ribete dorado en los puños, el cuello y el dobladillo, y luego cambió las zapatillas deportivas de Harry por unos zapatos de vestir y sus vaqueros por unos pantalones negros plisados.
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THE SEVENTH DAY SEER
FanfictionHarry y Severus se ven empujados a esconderse juntos después de que Severus es descubierto como espía y Harry escapa de casa de los Dursley. Otra profecía sobre Harry sale a la luz, una que ha existido desde Merlín, arrastrando dolorosas y aterrador...