Capitulo 25: Sins of the Father

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Harry salió por el floo de su Guarida de las Serpientes y entró en una guerra. Oyó un grito y se agachó para apartarse del camino, tratando aún de orientarse cuando Severus entró por el floo, seguido inmediatamente por Draco y Blaise.

-Si vuelves a ponerte en peligro-, siseó Severus cerca del oído de Harry, -¡te mataré!-.

Harry respondió con un siseo: -Eso no serviría de nada y ssh. Están justo ahí-. Señaló la habitación que había más allá.

Blaise y Draco se acurrucaron cerca. Draco susurró: -¿Es Theo el que grita?-.

El resplandor rojo volvió a brillar y los gritos de dolor se hicieron más agudos, cada uno de ellos cortando el pecho de Harry como si fueran espadas.

Severus le dedicó un sombrío asentimiento. -Sin duda. Debemos darnos prisa-.

Harry frunció el ceño. -No podemos apresurarnos. Yo soy el llamado Elegido y tú eres un traidor a la oscuridad. Vendrán a por nosotros con fuerza-. Sonrió mientras se le ocurría una idea. -A menos que...-

Un segundo para concentrar su mente y un movimiento de su mano más tarde, había puesto un glamour en las caras y el cabello de todos. Severus golpeó las gafas de Harry con su varita, alterándolas a elegantes marcos plateados en lugar de sus inmediatamente reconocibles gafas redondas.

-¿Bien?-.

Severus asintió. -Vayamos antes de que lo maten-.

Harry siguió a Severus hasta la puerta del salón, con los jóvenes Slytherin's pisándoles los talones. Cuando se acercaron a la entrada, Harry distinguió otras voces bajo los duros gritos de Theo.

-Basta ya de esa bárbara maldición-, dijo alguien a quien Harry no reconoció. -Ya ha sufrido bastante ese tipo de dolor y no está funcionando. Tal vez otro método lo convenza-.

Harry frunció el ceño y se movió más rápido.

-Lástima que Lucius ya no esté con nosotros-, llegó una fría voz masculina. -Y que Anton se haya... herido. Sus métodos funcionan bien para convencer a cualquiera con bastante rapidez-.

La primera voz replicó: -Puede que Theo no coopere, pero no obstante, mantendrá sus sucias manos alejadas de mi hijo de esa manera. Nadie se acostará con él hasta que esté casado según el contrato con Lord Parkinson-.

Draco jadeó y sacudió la cabeza con fuerza, con una expresión de horror. Harry fue a poner una mano en el hombro del chico, pero se encontró con que Blaise se le había adelantado. En su lugar, dio una palmadita en la mano de Blaise y esperó que el italiano lo entendiera como un gesto de agradecimiento. La sonrisa vacilante de Blaise era débil por la pena y el disgusto, pero al menos no parecía enfadado con Harry. Harry descubrió que no podía culpar al chico por su enfado. Harry también estaba furioso.

En la otra habitación, Nott padre seguía discutiendo con el hombre de voz fría. Cualquier esperanza que Harry pudiera haber tenido en el potencial de redención del Nott mayor murió con las siguientes palabras del hombre.

-Sabes muy bien que cualquier... coqueteo anterior 'sea voluntario o no' anulará el contrato de Theo con los Parkinson, ¡y no tengo intención de renunciar a una dote de veinte mil galeones porque a ti te apetezca un turno con el chico!-.

-Querido Merlín-, respiró Harry.

Severus presionó con la yema de un dedo sobre la boca de Harry, y éste se guardó todas las demás exclamaciones de horror. Dioses, Nott padre era un completo bastardo.

-No he dicho que quiera un turno-, dijo el hombre de voz fría. -Sólo que esos métodos lo convencerían rápidamente-.

Sonó un gemido ronco. -No. No... por favor-.

THE SEVENTH DAY SEERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora