Capítulo 29: The Truth is Out

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Severus se puso de pie y se dirigió al lado de Harry. -Ahora que estamos todos presentes, Harry va a lanzar un hechizo para mantenernos a salvo de interferencias y de ser descubiertos-. Hizo un gesto a su compañero, y Harry tomó el relevo con un movimiento de cabeza.

-Es el mismo hechizo que usé en el Profeta-, dijo el mago, -sólo que sin el maleficio adjunto. Así, aunque Dumbledore intente obtener respuestas de nuestros alumnos, no podrá hacerlo-.

Un momento después, el hechizo había sido lanzado, los miembros se habían acomodado y se habían hecho las presentaciones.

-Bien-, dijo Harry, -creo que ha llegado el momento de darles algunas explicaciones. Empezaremos con mis poderes, ya que todos han sentido curiosidad por eso hoy. ¿Cuántos de ustedes han escuchado la leyenda del Vidente del Séptimo Día?-.

Todos, excepto Dean, levantaron la mano.

-Bien entonces-, dijo Harry. -Ron, ¿quieres darle la versión corta?-.

Ron le dirigió una mirada desconcertada. -Está bien, supongo. Bueno, es sólo un cuento de hadas, en realidad, pero va así: en una época en la que el mundo es un caos y la oscuridad hace sombra a la luz, entonces nacerá un mago realmente poderoso y nos salvará a todos. ¿Recuerdas tu enfermedad de herencia de la primavera pasada, amigo? Bueno, el Vidente del Séptimo Día se llama así porque se supone que tiene una enfermedad de herencia de siete días y al final de ella, es... es un Vidente...- Un pelirrojo de cara blanca se giró para mirar a Harry, con los ojos desorbitados. -No. ¿Hablas en serio?-.

Harry apretó la mandíbula. -Continúa-.

Ron tragó saliva. -Um... y luego, al final de su enfermedad, se supone que hará una profecía sobre la salvación del mundo. Harry... ¿estás...?-

Harry asintió con gesto sombrío, iniciando una ronda de jadeos.

-Pero... pero, Harry-, dijo una sorprendida Minerva, -tu enfermedad de herencia fue sólo de seis días. ¿No es así?-.

Harry negó con la cabeza. -Empezó pronto y terminó mucho más tarde de lo que habíamos dicho. Severus te hizo creer que fueron seis días para protegerme. Si Dumbledore hubiera estado al tanto de la verdad antes de que tuviéramos algún tipo de apoyo...-

-Se habría asegurado de que Harry no viviera lo suficiente como para completar su entrenamiento, o para ver su profecía cumplida-, dijo Severus.

Todos en la habitación se pusieron blancos.

-Tú... te concedo que el hombre es retorcido-, dijo Arthur. -Usar hechizos tan oscuros con mis hijos... no le augura nada bueno. ¿Pero creer que mataría a Harry? Todo parece bastante inverosímil-.

Harry negó con la cabeza. -No lo es. Severus, ¿podrías decirles lo que profeticé? No recuerdo cada palabra-.

-Estabas tan enfermo que es un milagro que recuerdes algo-. Severus continuó, pero Remus lo interrumpió.

-Espera un momento, Severus. Se supone que el Vidente del Séptimo Día está tres veces profetizado. Que yo sepa, sólo hay una profecía que concierne a Harry-.

Severus sacudió la cabeza. -Incluyendo la de Merlín, hay tres. Esa, la que Sybil dio hace veinte años, y una que me dio la señorita Lovegood en su cuarto año prediciendo el regreso de Riddle. Me temo que no la tomé muy en serio, y sufrimos por mi locura-. Inclinó la cabeza y suspiró. -Podría haberlo evitado, si hubiera sido menos orgulloso-.

Harry se acurrucó en Severus y lo abrazó con fuerza. -Ssh. Aunque lo hubieras sabido, no podías haber hecho nada. Si no, no lo habría visto-.

Severus acarició el pelo de Harry y se dejó consolar.

THE SEVENTH DAY SEERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora