Capitulo 28.

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Las vacaciones para Harry habían pasado en un parpadeo, tan rápido que para cuando se dio cuenta ya era momento de volver Hogwarts e iniciar lo que sería su quinto año.

El vagón se encontraba casi lleno, Remus y Sirius se encontraban tomados de la mano (sorpresivamente no besándose) y simplemente conversando mientras Remus recargaba su cabeza contra la de Sirius, luciendo bastante tiernos si se lo preguntaban.

James y Lily estaban a su lado, la pelirroja parecía estar algo cansada, a juzgar por cómo cabeceaba cada tanto tiempo y por como su hermano le acariciaba el cabello en un intento por ayudarla a relajarse.

Peter esta vez se encontraba solo, situado junto a la pareja de Sirius y Remus, este había discutido con su novia apenas se vieron, por lo que hacía pucheros mientras veía por la ventana del tren.

Y finalmente estaban él y Regulus, Harry estaba cómodamente recargado contra el pecho de su novio, disfrutando de cómo este acariciaba su cabello con delicadeza y lo apretujaba contra su cálido cuerpo.

— ¿Por qué no intentas arreglarlo? — Cuestionó Harry confundido, no le gustaba ver a Peter triste, principalmente porque no solía estarlo casi nunca.

— Ella quería espacio, me dijo que lo hablaríamos después — Mencionó encogiéndose de hombros, intentando lucir despreocupado pero dejando ver lo preocupado y deshecho que se encontraba.

— En ocasiones no porque quieras algo significa que ayudará más o menos, o que será lo correcto, tú sigue intentando hasta ver resultados, estoy seguro de que todo se solucionará pronto — Harry intento ayudar, esperando que funcionara, ciertamente no era el mejor consolando a las personas.

— Gracias Harry — Peter le sonrió, luciendo nuevamente concentrado en sus pensamientos, pero dejando sus pucheros de lado, y entonces Harry supo que había logrado algo.

— Eres buen consejero — Mencionó Regulus en su oído.

— Pero soy tan malo siguiendo mis propios consejos que no sé si me sirve de mucho — Respondió riendo suavemente, el aliento de Regulus en su cuello le causaba cosquillas.

— Oh, puedo ver eso — Regulus acaricio su cintura suavemente, haciendo que se relajara un poco más contra su pecho.

— ¡Las manos dónde pueda verlas! — James gritó sobresaltándolos.

— Si papá — Harry ironizó, pero James pareció satisfecho una vez la mano de Regulus subió, al menos hasta que James volvió a distraerse.




— Chicos... No creo que esto sea necesario — Mencionó Theo mientras se acercaban al grupo de los merodeadores, quienes no se habían percatado de su presencia.

— ¡Créeme que es necesario! — Draco renegó y Harry comenzó a recordar exactamente porque hacían lo que hacían.

Apenas un par de días luego del comienzo de clases los merodeadores hicieron una broma a las serpientes.
Harry y Draco habían sido parte del grupo más afectado, y los únicos afectados de su grupo de amigos, lo cual era una absoluta pesadilla que no estaban dispuestos a dejar pasar.

— ¿El plan es seguro? — Cuestionó Regulus esta vez, al parecer dándose por vencido acerca de hacerlos cambiar de opinión.

— ¿Y las lechuzas vuelan? Dah, por supuesto que es seguro amor — Harry besó su mejilla, demostrándole de alguna manera que todo saldría bien, no en vano Draco y él habían estado trabajado en esa broma durante 2 días.

— Bien, será mejor que lo hagamos ahora, creo que están por levantarse — Mencionó Draco mirando hacia los cuatro dichos, quienes estaban en una banca de los patios, y totalmente alejados de ojos ajenos.

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