Las vacaciones para Harry habían pasado en un parpadeo, tan rápido que para cuando se dio cuenta ya era momento de volver Hogwarts e iniciar lo que sería su quinto año.
El vagón se encontraba casi lleno, Remus y Sirius se encontraban tomados de la mano (sorpresivamente no besándose) y simplemente conversando mientras Remus recargaba su cabeza contra la de Sirius, luciendo bastante tiernos si se lo preguntaban.
James y Lily estaban a su lado, la pelirroja parecía estar algo cansada, a juzgar por cómo cabeceaba cada tanto tiempo y por como su hermano le acariciaba el cabello en un intento por ayudarla a relajarse.
Peter esta vez se encontraba solo, situado junto a la pareja de Sirius y Remus, este había discutido con su novia apenas se vieron, por lo que hacía pucheros mientras veía por la ventana del tren.
Y finalmente estaban él y Regulus, Harry estaba cómodamente recargado contra el pecho de su novio, disfrutando de cómo este acariciaba su cabello con delicadeza y lo apretujaba contra su cálido cuerpo.
— ¿Por qué no intentas arreglarlo? — Cuestionó Harry confundido, no le gustaba ver a Peter triste, principalmente porque no solía estarlo casi nunca.
— Ella quería espacio, me dijo que lo hablaríamos después — Mencionó encogiéndose de hombros, intentando lucir despreocupado pero dejando ver lo preocupado y deshecho que se encontraba.
— En ocasiones no porque quieras algo significa que ayudará más o menos, o que será lo correcto, tú sigue intentando hasta ver resultados, estoy seguro de que todo se solucionará pronto — Harry intento ayudar, esperando que funcionara, ciertamente no era el mejor consolando a las personas.
— Gracias Harry — Peter le sonrió, luciendo nuevamente concentrado en sus pensamientos, pero dejando sus pucheros de lado, y entonces Harry supo que había logrado algo.
— Eres buen consejero — Mencionó Regulus en su oído.
— Pero soy tan malo siguiendo mis propios consejos que no sé si me sirve de mucho — Respondió riendo suavemente, el aliento de Regulus en su cuello le causaba cosquillas.
— Oh, puedo ver eso — Regulus acaricio su cintura suavemente, haciendo que se relajara un poco más contra su pecho.
— ¡Las manos dónde pueda verlas! — James gritó sobresaltándolos.
— Si papá — Harry ironizó, pero James pareció satisfecho una vez la mano de Regulus subió, al menos hasta que James volvió a distraerse.
— Chicos... No creo que esto sea necesario — Mencionó Theo mientras se acercaban al grupo de los merodeadores, quienes no se habían percatado de su presencia.
— ¡Créeme que es necesario! — Draco renegó y Harry comenzó a recordar exactamente porque hacían lo que hacían.
Apenas un par de días luego del comienzo de clases los merodeadores hicieron una broma a las serpientes.
Harry y Draco habían sido parte del grupo más afectado, y los únicos afectados de su grupo de amigos, lo cual era una absoluta pesadilla que no estaban dispuestos a dejar pasar.— ¿El plan es seguro? — Cuestionó Regulus esta vez, al parecer dándose por vencido acerca de hacerlos cambiar de opinión.
— ¿Y las lechuzas vuelan? Dah, por supuesto que es seguro amor — Harry besó su mejilla, demostrándole de alguna manera que todo saldría bien, no en vano Draco y él habían estado trabajado en esa broma durante 2 días.
— Bien, será mejor que lo hagamos ahora, creo que están por levantarse — Mencionó Draco mirando hacia los cuatro dichos, quienes estaban en una banca de los patios, y totalmente alejados de ojos ajenos.