Harry se removio entre sueños incómodo, ¿hacia demasiado calor o era su imaginación? Lentamente y entre silenciosas quejas comenzó a abrir los ojos, intentando enfocarlos en algo, acción que era difícil por la falta de sus gafas.
Entonces se dio cuenta de dos cosas, la primera, aún era de madrugada.
La segunda y por mucho la más importante era que Regulus, quien lo tenía fuertemente abrazado contra él, estaba demasiado caliente, lo cual no podía significar nada bueno.
Harry comenzó a luchar contra los brazos del Black en un intento de ser liberado, acción bastante difícil teniendo en cuenta la fuerza con la que este lo sostenía y lo unidos que estaban.
Pero finalmente y luego de casi aventarlo lejos, lo logró.
Una vez aquello listo se levantó, buscando a tacto su varita y anteojos, sabiendo que estaban en la mesita de al lado, donde los colocaba cuando dormía en cama de Regulus, que era casi siempre.
— Lumus — Murmuró con suavidad, intentando no despertar al chico frente a él, al menos no aún.
Y ahora, con la luz iluminando el lugar Harry se dio cuenta de todo el sudor que bañaba el cuerpo de Regulus.
Estiró su mano torpemente a la frente del chico, sintiendo cómo está ardía fuertemente, bien, no había que ser un genio para entender qué sucedía, su amigo estaba enfermo y lo mejor sería llevarlo a enfermería de una vez antes de que pudiera empeorar.
— Regulus — Murmuró comenzando a mover al chico con suavidad — Reggie, despierta — Siguió moviéndolo inútilmente.
Harry suspiro antes de lanzar un hechizo refrescante hacia el chico, eliminando cualquier rastro de sudor de su cuerpo y ropa.
— ¿Harry? — Se despertó entonces, incorporándose con rapidez, o al menos con toda la que pudiera sacar de su estado débil — Ven a la cama — Murmuró señalando a su lado con un pequeño puchero.
Harry quiso rodar los ojos, estaba hirviendo en fiebre ¿y lo único que le preocupaba era que no estuviera en la cama con él?
— ¿Como te sientes? — Se sentó a su lado, comenzando a tocar su rostro, la preocupación creciendo dentro de él con el paso de los segundos.
— Bien — Fue su única respuesta, mientras se recargaba contra su hombro perezosamente.
— Regulus... — Lo miró con una clara advertencia en sus ojos.
— Estoy bien... — Siguió, pero dejó escapar un pequeño estornudo que intentó disfrazar con una tos.
Movimiento bastante torpe si se lo preguntaban, tampoco es que una cosa fuera mejor que la otra.
— Vamos a la enfermería ahora — Intentó levantarse siendo rápidamente detenido por la mano de su amigo quien lo veía con alarma.
— ¡No! — Prácticamente grito haciendo que Harry alzara las cejas, ¿acaso se había negado?
— ¡Regulus estás hirviendo! — Harry lo miró mal volviendo a tocar su frente — Déjame llevarte a la enfermería — Pidió totalmente preocupado.
— Por favor no, odio ir a la enfermería — Susurro en voz baja, tan baja que apenas y fue capaz de escucharla — Podemos llamar a Kreacher y él me dará una poción, no es nada grave — Regulus se encogió de hombros mirándolo de forma suplicante.
