Harry se despidió de sus padres descuidadamente antes de salir corriendo en dirección al tren, James lo había dejado atrás y ahora tendría que buscarlo por su cuenta, ¿algo mejor que eso?
Estaba por iniciar un nuevo año de clases, el anterior había pasado sin demasiados inconvenientes, hizo nuevos amigos de diferentes casas, como Hermione o los Weasley, también había sido el mejor de su clase por lo que comenzaban a llamarlo el niño de oro, su hermano aún se burlaba del apodo cada que lo recordaba.
— ¡Hola Harry! — Escucho que llamaban a sus espaldas, mientras terminaba de colocar el baúl en el lugar indicado.
— ¡Draco! — Harry sonrió lanzándose a los brazos del chico, su mente rápidamente registró nuevos datos, Draco había crecido, sacándole un par de centímetros de altura — ¡Te extrañe! — Murmuró contra su cuello, que era dónde tenía escondido el rostro.
— ¡Yo también te extrañe! — Draco apretó un poco más el abrazo antes de finalmente soltarlo, comenzando a colocar su propio baúl al lado del suyo.
— ¿Te sientas con nosotros? — Propuso Harry con una sonrisa, queriendo hablar más con el chico y no dejarlo ir en un tiempo.
— Claro ¿Dónde está James? — Preguntó a lo que Harry rodó los ojos.
— No lo se, tendremos que buscarlo — Se encogió de hombros, tomando su mano y comenzando a caminar juntos por los distintos vagones en busca del mayor de los Potter.
Ambos comenzaron a platicar sobre sus vacaciones de forma distraída, contando anécdotas de todo tipo y quejándose de no haber podido verse en todo ese tiempo.
— Entonces se tuvo que tomar una poción para que su cabello creciera de nuevo, papá lo festejo, pero Lucius sigue mirándome con rencor — Contó Draco, ambos estallando en una fuerte carcajada al imaginarse la escena, fue entonces que los ojos del rubio enfocaron una melena bastante conocida para él — ¡Mira Harry! ¡Ahí están!
El mencionado miró hacia el lugar señalado antes de jalar un poco más la mano de su amigo, adentrándolos a ambos en el vagón, donde ya se encontraba el resto.
— ¡Hola chicos! — Harry comenzó a abrazarlos en modo de saludo, comenzando por Peter quien era el que se encontraba más cerca, Draco siguiendo su ejemplo segundos después.
— ¡Harry! ¿Trajiste tus cosas para mudarte con Remus y conmigo o tendremos que esperar más tiempo? — Bromeó Sirius mientras lo abrazaba, recordando su primera conversación.
Fue entonces que cayó en los brazos de Remus.
— Claro, teniendo de hermano a James ¿quien no se mudaría con alguien más? Puedes venir con nosotros cuando quieras — Sorpresivamente Remus siguió la broma en lugar de golpear a Sirius, lo cual solo lo hizo más gracioso, eso y el bufido de fastidio de su hermano.
— Dejen de intentar robarse a mi hermano, él nunca se irá — Se quejó, pero su rostro lucia divertido.
Entonces los ojos de Harry cayeron en el menor de los Black, quien tenía su rostro serio y desinteresado, sus brazos firmemente cruzados sobre su pecho.
— ¡Hola Regulus! — Intentó abrazarlo, aunque no sabría decir si aquello contó como un abrazo, ya que aunque él lo abrazó, Regulus en ningún momento descruzo los brazos para devolverle el gesto.
Harry al sentir aquel rechazo se apartó de forma brusca, sin permitirse siquiera mirar el rostro de su amigo.
Si estaba molesto bien, él no pensaba rogarle en los más mínimo, no tiene porque afectarle aquella actitud.Se sentó al lado derecho de Draco, quien a su vez estaba a la derecha de Regulus, quedando como un pequeño muro entre ellos y evitando así que pudieran verse.