La mañana para Harry fue extraña, y no extraña en un buen sentido, sino todo lo contrario.
Aunque puede incluso decir que todo comenzó en el momento en que abrió los ojos.
Lo primero que sintió al despertar fueron las sabanas frías bajo su cuerpo, y la sensación de que algo le faltaba.
No tardo mucho en darse cuenta que ese algo era Regulus, quien sorpresivamente no se encontraba con él en la cama como solía suceder cada mañana desde que comenzaron a dormir juntos, pero luego de repetirse que era algo normal y de poca importancia lo dejó pasar.Estuvo un par de minutos escogiendo su ropa, no preocupándose demasiado por horarios ya que era sábado y no tenían ningún pendiente ese día.
— ¡Hola Reggie! — Saludo contento cuando vio a un, ya listo, Regulus salir del baño, eventualmente y como comúnmente sucedía intento acercarse para abrazarlo, sin embargo, en lugar de unos brazos abiertos y dispuestos a recibirlo, se encontró con un chico evadiendo sus brazos como si diera asco.
— Oh lo siento Harry, no tengo tiempo — Menciono Regulus al notar su mirada, antes de dirigirse hacia la puerta — Estaré con Barty, nos vemos — Se despidió rápidamente cerrando la puerta tras de sí.
Dejando en la habitación a un aturdido y hasta cierto punto herido Harry con los brazos aún abiertos, pero Regulus no tenía porque tener siempre tiempo para él, así que lo dejó pasar.
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Para cuando llegó al gran comedor la mayoría de los alumnos ya se encontraban en él, y por la mayoría se refería a no más de la mitad de la escuela, que eran los que comúnmente acudían al desayuno en fines de semana.
Regulus se encontraba sentado al lado de Barty, ugh, Harry odiaba a Barty, tan pretencioso y presumido, creyéndose una joya inalcanzable y tratando mal a las personas a su alrededor.
— ¡Hola Cissi! — Saludo sentándose al lado de la chica, antes de inclinarse y depositar un suave beso en la mejilla de esta.
— ¡Hola Harry! — Respondió Narcissa contenta antes de poner una mirada burlona — Me entere de un robo en tu habitación — Mencionó intentando sonar casual.
— Oh mataré a Bella — Se quejó Harry recordando el incidente, Bellatrix había entrado a su habitación y robado sus suministros de dulces — Juro que me vengaré — Proclamó ante la mirada divertida de su amiga — ¿Y tú lindo cuñado? — Cuestiono dando un rápido vistazo hacia su alrededor con confusión al no encontrar al chico por ningún lado.
— No lo se, no lo he visto, tampoco he visto a Lucius — Se encogió de hombros.
— Por cierto, ¿Como va todo con ustedes dos? Si no es molestia preguntar — Cuestionó interesado, desde el momento en que Narcissa y Lucius se dieron cuenta de que eran almas gemelas tenía curiosidad de cómo iban las cosas entre ellos.
Con ello una larga plática sobre su relación comenzó, y si, sin duda Harry estaba feliz por ella, mucho más luego de ver el brillo en sus ojos al hablar de Lucius.
Además podía tener la certeza de que ambos eran tal para cual, dedicados, divertidos y amantes del conocimiento.Una risa sacó a Harry de la burbuja en la que se había encerrado junto a Narcissa.
Regulus se encontraba riendo junto a Barty, ambos marchándose hacia un lugar desconocido para él.
Un pequeño pinchazo llegó a su pecho al ver la escena, Regulus no se reía así con él, tampoco lo miraba así, no sabía porque se sentía de esa manera, pero este no tenía por qué preferirlo a él o tratarlo de una manera especial, por lo que nuevamente lo dejó pasar.