Regulus nunca se considero una persona cobarde ni mucho menos, pero que todos sus amigos estuvieran bromeando sobre la reacción que pudiera tener Sirius al enterarse que se comprometió antes que él, aún sabiendo que él estaba esperando a su llegada para hacerlo... probablemente podría cambiar un poco aquello.
Una nueva carcajada de parte de Harry atrajo la atención de Regulus, quien había estado mirando la ventana del tren de forma deprimente por minutos en un intento por ignorar a los bastardos que tenía por amigos.
— Esa... esa estuvo buena — Harry logró decir entre pequeños jadeos en busca de aire, teniendo el descaro de sujetarse del hombro de Regulus para estabilizarse — 100 galeones si aciertas — Prometió a Draco soltando una nueva carcajada.
— Gracias por el apoyo — Regulus entorno sus ojos hacia su chico, sintiéndose frustrado por no poder molestarse de verdad.
— Vamos amor, tienes que admitir que fue gracioso — Beso su mejilla de forma ruidosa una vez pudo parar de reír, mirándole de forma inocente para persuadirlo de no aventarle lejos.
— Si, bastante gracioso comentar acerca de qué Sirius va a matarme — Regulus se lamentó, peinando su cabello descuidadamente en un intento de distraerse del hecho de que estaban por llegar.
— No si Remus está presente — Harry señaló mientras le miraba — Puedes ir a dormir a mi casa esta semana y para cuando estén solos lo olvidará — Sugirió de forma tranquila, haciéndole considerar aquella alternativa, sabiendo que ciertamente no era mala idea.
— Es la peor excusa para meterlo a su cama que he oído — Draco le murmuro a su novio y cuñada, alzando las manos en muestra de paz cuando Harry le miro mal.
— Eso o... podrían prometerle ser el padrino de su primer hijo, nada que Sirius aprecie mas — Narcissa sugirió con una pequeña sonrisa esta vez, sabía que era algo adelantado a los hechos, pero una boda significaba luna de miel, y luna de miel muchas oportunidades de algún embarazo.
Regulus realmente consideró la opción, aunque... James sería el padrino de los hijos de Sirius, y no pensaba darle el privilegio de que sea el padrino de los suyos si no iba a tenerlo el mismo, eso era seguro, o al menos no con el primogénito.
— ¡No! ¡Ni siquiera lo consideres! — Draco salto de su lugar para señalar a Regulus, dándose cuenta de que había estado más tiempo de lo necesario en silencio, lo que probablemente significaba que lo estaba considerando — Yo seré el padrino de Draco jr, Harry ya lo prometió — Se quejó, haciendo a Regulus parpadear repetidamente ante sus palabras.
— Espera... ¿Draco jr? Difícilmente — Regulus negó, la idea de un mundo donde eso pudiera ser posible atormentándole — Además no dejare a Sirius como padrino de nuestro primogénito — Hizo una pequeña pausa, mientras reconsideraba sus opciones — No sin saber cómo le va con el primogénito de James y Lily primero — Añadió finalmente.
— ¡Hey! ¡Mi sobrino no será el muñeco de pruebas! — Harry regaño antes de hacer una pequeña mueca — Aunque estoy de acuerdo — Admitió finalmente.
— ¿Eso significa que sigo siendo el padrino? — Draco cuestionó tentativamente.
— No si me delatas ante Sirius — Regulus amenazo, sabiendo que el rubio planeaba comentar algo sobre su compromiso apenas llegarán, le había escuchado.
— ¡Sabes que no sería capaz! — Mintió descaradamente, luciendo indignado ante su falta de confianza.
— Ajá, y Harry no está embarazado — Regulus musitó sarcásticamente, arrancando el aire en la habitación ante sus palabras sinceras.