POR CULPA DE JUANA

VEINTISIETE

Benjamin.

ALERTA: CONTENIDO SENSIBLE, LEER BAJO SU RESPONSABILIDAD.

Se que estoy siendo egoísta y un completo imbécil, pero no puedo evitarlo.

Si ya me fui, ¿Por qué estoy regresando?

La respuesta es simple, porque estoy enamorado de ella, porque ya no lo puedo seguir ocultando.

Yo, Benjamin Woodsen, el hombre que creía que sólo podía tener remedos de romances con otros hombres, estoy jodidamente enamorado de una chica.

Ahora mismo podría ponerme a saltar de felicidad por el simple hecho de ser correspondido. Cuando lo dijo mi corazón saltó en latidos irregulares, tenía tantas ganas de besarla hasta que me dolieran los labios, pero si lo hacía no iba a tener el valor para irme, de hecho, nunca lo tuve porque dos horas después estoy de vuelta.

Cuando salí del departamento planeaba ir a dormir a un hotel, pero entonces empecé a manejar por la ciudad sin sentido pensando en todo lo que ha sucedido en los meses que conozco a Juana.

Recuerdo perfectamente el día que ella llegó al departamento, estaba muy enojada porque olvide irla a recoger al aeropuerto, su ceño fruncido me lo hizo saber. No voy a decir que desde ese preciso instante quedé cautivado por ella porque sería mentir, no sé ni cuándo ni cómo empecé a sentirme atraído hacia Juana sólo sé que después que me besó por primera vez me dejó confundido.

Nunca había besado a una mujer y cuando ella lo hizo me perdí, me perdí en las sensaciones placenteras que me ofrecieron sus labios, me perdí en su calor corporal junto a mi cuerpo y terminé con una dolorosa erección de la que me tuve que deshacer en el baño de mi habitación.

Jamás había tenido una erección por una mujer, nunca había sentido tanto con tan poco.

Entonces empecé a reproducir en mi mente aquel beso más de las veces que puedo recordar. De un momento a otro me encontré deseando llegar a casa antes que Juana para preparar comida e invitarla a cenar y luego juntos ver películas en el sillón mientras yo ansiaba a cada momento tenerla más cerca.

El día que Juana trajo a Darek a casa conocí por primera vez lo que son los celos, no quería que ella estuviera con otro hombre. Para ese tiempo estaba más confundido por todo lo que despierta en mí, por eso la mañana siguiente del cumpleaños de Castiel me deje llevar por mis instintos y la bese, recorrí con mis labios su cuerpo deseándola a cada momento y solo me detuve hasta que ella me recordó que era gay.

Aquel día desee tanto hacerla mía y desde entonces se avivo mi temor.

Deslizo la llave en la cerradura y la madera cede, avanzo a oscuras por toda la estancia hasta que encuentro el botón para encender la luz.

No sé qué explicación le voy a dar a Juana después de haberme ido, de hecho ni siquiera sé si he vuelto para quedarme o si mañana seguiré con la idea de irme a un nuevo departamento.

De lo único que estoy seguro es que está noche sentí correcto volver.

Avanzo hasta el pequeño bar que hay en la sala y me sirvo un Whisky, antes de venir estuve en un bar y me tomé otro par.

Siento como Lucifer se restriega contra mis piernas y empieza a maullar.

—Hola amigo, ¿Me extrañaste? —le pregunto tomándolo con una mano y él me contesta con maullidos—Pensé que estabas durmiendo con nuestra chica.

Bebo de golpe el contenido del vaso y lo dejo a un lado, avanzo por el pasillo que da a las habitaciones y cuando llego hasta la de Juana coloco al gato en el piso y este se regresa por dónde venimos.