VEINTICUATRO

380 37 39
                                        

Benjamin.

—Entonces lo que debemos hacer, es buscarla por nuestros propios medios —opino en cuanto las chicas terminan el relato—La justicia en este país y en cualquier parte del mundo, es una mierda.

Juana, Adria, Marlene —madre de Alicia— y Darek me han puesto al tanto de lo que está sucediendo con la rubia. Ellos regresaron hace unos minutos de la delegación, donde les dijeron que no pueden declarar a Alicia como desaparecida hasta que hayan transcurrido por lo menos setenta y dos horas desde la última vez que fue vista.

— ¿Qué sugieres? —me pregunta Darek, y aunque trata de disimularlo se nota que está preocupado hasta la mierda—La policía con lo único que nos pudieron ayudar, fue poniendo una alerta en los establecimientos de salud y delegaciones públicas, pero Alicia no ha sido hospitalizada, ni detenida.

—Nos hubiesen ayudado con mucho más, si no hubieses perdido los estribos —Juana le recrimina al hombre de cabello largo en tono acusatorio—No debiste exaltarte con ese oficial cuando te dijo que por el momento no podía hacer nada más.

—No pude evitarlo, esos idiotas de mierda no piensan mover un puto dedo para dar con el paradero de Alicia —réplica Darek muy descolocado y en tono alto, suelta la coleta que sostiene sus cabellos para luego tirar de ellos—Se escudaron detrás de sus malditos protocolos de mierda que deben seguir mientras que la mujer que... —se detiene abruptamente y nos mira intercaladamente a todos los presentes—, mientras que Alicia está desaparecida.

Las últimas palabras las suelta en tono bajo y derrotado, no hay que ser un genio para darse cuenta de que Darek se siente asustado y frustrado por no saber el paradero de la rubia. No puedo asegurarlo, pero estoy casi seguro que estuvo a punto de decir que Alicia es la mujer que ama, al parecer, él también reprime sus sentimientos y es comprensible después de todo lo que ha sucedido entre ellos.

—Esos imbéciles se negaron a salir a buscarla, dime Juana ¿Qué se supone que debía hacer? —Darek pregunta después de un largo silencio.

—Lo primero, no exponerte de esa manera al tratar de golpear a un policía que te hubiese podido mandar a la cárcel y segundo, usar la influencia que seguramente tiene tu apellido en este país —Juana le dice y Darek niega con la cabeza frenéticamente—Tal vez si mencionabas que eres un Bloom, se hubiesen pasado el protocolo por las narices y ahora mismo estarían buscando a mi amiga.

Juana suena muy a la defensiva y la he llegado a conocer muy bien, lo hace cuando algo la lastima o a su vez cuando está a punto de echarse a llorar, la chica de cabello chocolate se escuda de esa manera para no presentarse débil ante los demás, pero en el fondo es una mujer muy sensible.

El temblor de su labio inferior me hace saber que está conteniendo sus lágrimas.

—Mi apellido es una mierda, o de lo contrario ya hubiesen encontrado al hijo de puta que atacó y asesinó a mi hermanita —Darek escupe con rabia y dolor en dirección de la chica con la que comparto departamento, entonces los gestos de Juana se suavizan y avanza en dirección de Bloom.

—Lo siento tanto, los nervios me están matando —dice y se acerca hasta abrazarlo, una punzada de celos atraviesa mi pecho y trato de mantenerlos a raya—Tú no eres el culpable de que Alicia haya desaparecido, soy yo —dice, entonces la chica que ha puesto mi mundo de cabeza y empieza a llorar.

Mis latidos se aceleran, deseo tanto ser yo quien la sostenga mientas que las lágrimas bajan por sus mejillas.

Quisiera tanto ser Darek en este momento para tenerla en mis brazos.

—Juana, ¿Por qué dices eso? —La madre de Alicia interviene por primera vez en la conversación.

La mujer luce muy parecida a su hija, su cabello, aunque algo canoso es igual de rubio, los ojos grises también son un rasgo que comparte con Alicia junto con las facciones delicadas de su rostro, está señora no debe de tener más de cuarenta y cinco años pero se nota que su enfermedad la ido deteriorando.

POR CULPA DE JUANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora