Los zapatos me están matando.
Deslizo mis manos hasta calzado y me deshago de ellos. Fue una mala elección irme del departamento solo con estos, en los últimos días han sido el único par que he tenido para usar a diario.
Un suspiro cansado se me escapa de los labios y bebo un sorbo de café que hace mucho se enfrió, pero no le doy importancia ya que he tenido un día ajetreado y necesito seguir haciendo mi trabajo. Las responsabilidades de la Universidad por mi diplomado y las de la agencia por la nueva campaña me están pasando factura. La cabeza me duele y ciertamente mi estomago también, no he comido nada en el día, claro sin contar el café.
Hago sonar mi cuello cuando giro mi cabeza de un lado a otro, sin perder tiempo abro el archivo que Darek me envió por correo hace unos minutos.
Delante de mí, en la pantalla del computador se despliegan un sin número de fotografías, todas son para la campaña de Kleintong.
—Juana —salto en mi lugar de la impresión—Hace horas que llamo a tu teléfono y no contestas.
Es Alicia y acaba de provocarme un mini infarto.
—Joder güera, casi me matas de un susto —le digo llamándola con el apodo que aprendí de mis primos mexicanos.
Algunas veces los escuche refiriéndose así de las personas rubias cuando iban de visita a los Estados Unidos.
—A Darek y a ti se les está haciendo costumbre asustarme de esa manera —le digo cerrando el laptop.
Son las ocho de la noche y aun me encuentro en la oficina. Ya casi nadie se encuentra en esta área de la empresa.
—¿Qué estabas haciendo pillina? —Me contesta con picardía mientras se acerca y se sienta en una de las sillas que hay delante de mi escritorio—Cerraste la computadora ¿A caso estabas viendo porno?
—¿Qué? No, no... —balbuceo rápidamente y Alicia se echa a reír.
—Quizás algo de literatura erótica en esa aplicación que tanto te gusta —dice para molestarme.
— ¿Y tú como sabes que hay ese tipo de literatura en esa aplicación? —inquiero de vuelta y Alicia deja de burlarse.
—Asumo que la hay —se defiende y sus mejillas se tiñen de un rosa muy intenso.
Ahora mismo estoy segura que ella ha visitado la aplicación naranja que le recomendé.
—Fingiré que te creo —respondo, pero mi tono de voz es acusatorio—Aunque si te soy sincera, pienso que estás instruyéndote un poco para tu vida sexual con Darek.
— ¡Juana! —Exclama y rompo en carcajadas—Ya lo dije antes ¡Solo somos amigos!
—Sí, claro —chasqueo la lengua y me llevo un dedo hasta la comisura de mis labios—Unos amigos que están teniendo citas y que se besan.
—No vuelvo a contarte nada —dice y yo sonrío.
—Estoy tan segura que lo volverás hacer —expreso y me acerco un poco a ella, solo hasta donde el escritorio me lo permite—Pero cuando tengan sexo, no quiero escuchar nada explicito ¿Okey?
Alicia abre sus ojos de impresión.
—No tanto como lo que me dijiste que sucedió con Benjamin en el pasillo del departamento —es mi momento de abrir los ojos con dramatismo.
Y por supuesto que es el turno de Alicia para echarse a reír.
—Eso ha sido un golpe muy bajo —le digo aclarando mis ideas, ante la mención del modelo me he desestabilizado por completo.
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POR CULPA DE JUANA
RomanceJuana ha sido lastimada y aguarda en su interior una profunda tristeza pero a pesar de todo enfrenta la vida con una sonrisa en la cara. Debido a un suceso bastante demoledor en su vida, ella decide realizar un diplomado en Londres y tiene planes d...