CUATRO

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¿Dije que lo único que me quedaba era llorar?

Pues no.

Claro que llorar era la opción más fácil pero también había otra, esa donde me paraba de la cama, me ponía en modo perra y salía a divertirme para olvidarme de todo por esta noche.

La segunda opción me pareció fantástica.

Entonces salgo de la habitación con intenciones de dirigirme al baño, pero antes algo llama mi atención. Hay una pequeña nota pegada en la madera de mi puerta.

Debería pedirte perdón por todo lo sucedido desde que llegaste, pero eso no sería muy orgulloso de mi parte.

Lo que sí puedo hacer es dejarte mi número de teléfono por si necesitas algo, no dudes en llamarme y vendré de regreso.

A continuación, un número telefónico y por supuesto firma Benjamin. Tomo el papel en mis manos, lo hago una bola y lo tiro en uno de los muebles.

—Come mierda —susurro antes de introducirme en el cuarto de aseo.

Me doy una ducha de agua caliente alrededor de unos quince minutos, depilo mis piernas, axilas y muchas cositas más, al final siento como mi cuerpo se relaja.

Seco mi cabello con calor artificial y pinto mis uñas, también me pongo maquillaje, ojos ahumados y por supuesto labial rojo. Me miro al espejo y me gusta lo que veo.
Me visto con una mini falda negra de cuero y una blusa del mismo color con escote alargado hasta la cintura, botas negras hasta las rodillas, todo mi look grita mírame.

Me cruzo una cartera sobre mi pecho, guardo las llaves y tomo el teléfono entre mis manos y este como arte de magia empieza a timbrar.

Adria.

—Espero que estés llamando para disculparte por decirle a tu primo lo de Fabián —le digo sin saludar.

— ¿Juana, ¿cómo estás? —Cuestiona ignorándome—Benjamin me dijo que te desmayaste.

—Por supuesto, la indiscreción es de familia —resoplo a través de la línea.

—Se que estás enojada por lo que le conté a Benjamin —dice ella y yo exhalo profundo—Juro que voy a golpearlo cuando lo vea porque prometió no decirte nada, pero te aseguro que no lo hice con mala intención. Él estaba muy preocupado por tus pesadillas y en mi desesperación se me escapo decirle ¿Okey? Jamás fue mi intención traicionar nuestra amistad.

¿Benjamin preocupado por mí? Debe ser un chiste.

—Lo sé, tú eres una de las últimas personas que haría algo para lastimarme —digo con voz entrecortada y me odio por sonar patética—Solo que me tomó por sorpresa que Benjamin supiera todo lo que quiero olvidar.

—Juana entonces explícame ¿Por qué estás stalkeando a Fabián? —su tono es de preocupación.

—Coño, que no lo estoy stalkeando —le aclaro un tanto furiosa—Benjamin lo confundió todo.

—Está bien, solo quiero que sepas que siempre estaré para ti, no importa la hora, solo llámame y tomaré el primer avión a Londres —dice y sé que está llorando por el tono enronquecido de sus palabras.

Tengo que admitir que yo también me pongo sentimental y unas cuantas lágrimas se acumulan en mis ojos. Adria es la única persona que siempre ha estado para mí en todo momento, es más que una amiga, ella es mi familia, es la hermana que nunca tuve. La conozco desde que éramos niñas, las haciendas de nuestros padres son vecinas solo que en la de su familia se dedican a la cría de reses que son exportadas a los supermercados.

POR CULPA DE JUANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora