POR CULPA DE JUANA

TREINTA Y TRES

Pase un fin de semana increíble junto a Benjamin y nuestros amigos —Castiel, Ryan y Cristal —en Toronto.
Haber sido testigo de la felicidad de los novios fue un momento muy especial.

Y de lo que más disfrute es que Benjamin y yo pasamos instantes maravillosos en público como pareja, el modelo me explicó que la familia de Mitchell siempre ha respetado su privacidad y eso nos dio mucha libertad para muestras de afecto.

Afecto que pasó a coqueteo, y de coqueteo a manoseo y todo terminó en sexo en la limusina.

Pero desde hace unos días que ya regresamos a la realidad, una en donde ambos tenemos responsabilidades que debemos cumplir, yo como la nueva jefa de publicidad y él como uno de los modelos exclusivos de la marca más importante que actualmente tiene la Bloom Agency.

Y a todo eso tengo que sumarle mis clases del Masterado, he tenido una semana llena de tareas y presentaciones escolares. Si me lo preguntan ha sido agotador.

Doy un respiro fuerte y espabilo un poco, doy clic en la tecla de enviar y entonces se va el mensaje que tanto me costó escribir, siento como se comprime mi caja torácica. Probablemente mis palabras traigan un conflicto amistoso con Adria, pero no puedo dejar pasar más tiempo.

Necesito ser sincera con ella, esta es mi nueva realidad.

En el texto le explico la situación actual con su primo y a pesar de sentirme liberada por el momento de sinceridad que he tenido con mi mejor amiga, no puedo ignorar la punzante preocupación que hay en mi interior.

Sé que Adria no va a tomar bien mis palabras, pero no puedo seguir ocultándole mi relación con Benjamin, no a ella que es como una hermana para mí. Me gustaría que lo acepte, aunque no esté de acuerdo, pero sé que probablemente eso no sucederá.

Despego mi mirada de la pantalla del móvil en cuanto escucho la bocina del auto. Entonces me pongo de pie del asiento de madera que hay en el estacionamiento de la Universidad.

—Oh, vaya, ¿A dónde tan guapo? —pregunto en cuanto me subo al Audi.

Luce tan guapo que fácilmente me podría a babear por él.

Benjamin me sonríe desde el asiento del copiloto. Se acerca hasta mí y me da un delicado beso en los labios, los vidrios polarizados de su auto nos dan privacidad.

Lleva puesto un traje color gris y debajo una camisa blanca con rayas negras y en su cara gafas de aviador.

— ¿No lo recuerdas? Hoy tengo que grabar con Rogger —Me explica y no me pasa desapercibida la mueca que se forma en sus labios—Al parecer ya no puedo seguir dándole largas a ese asunto.

Entiendo su renuente actitud.

—Lo siento tanto, yo tengo mucha responsabilidad en eso —me disculpo en su dirección.

—Tú no tienes culpa de nada, fui yo quien golpeó a Connor —responde y la imagen del hombre que me drogo aparece en mi cabeza, me pregunto qué será de su vida. Lo último que supimos es que abandonó el hospital cuando estuvo totalmente recuperado—Así que esto solo es una consecuencia de mis actos, puedo ser peor y no lo es.

Benjamin se vuelve a colocar en su lugar y arregla el cinturón de seguridad sobre su pecho.

Esta tarde dará una entrevista exclusiva a Rogger Baeva, el periodista al que se le ofreció la foto de Benjamin en cárcel de parte de uno de los oficiales de policía. Él es amigo de Luigi e hizo el favor de no difundirla a cambio de que el modelo le diera una entrevista exclusiva.

El periodista tiene más de treinta años de trayectoria y no hace prensa amarillista, más bien en su programa se encarga de realzar lo positivo de los famosos.