STIGMA; nueva vida (Seth Clearwater)

[9] El destino

"𝕾𝖎 𝖆𝖗𝖗𝖎𝖊́𝖘𝖌𝖆𝖙𝖊. 𝕰𝖘𝖆 𝖊𝖘 𝖘𝖎𝖊𝖒𝖕𝖗𝖊 𝖑𝖆 𝖗𝖊𝖘𝖕𝖚𝖊𝖘𝖙𝖆."

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            —A donde crees que vas señorita. —La voz de Antón me sorprende haciendome detener en las puertas de dimensiones un poco ridículas de grandes. 

            —Iré a dar una vuelta—le digo acomodando la campera de cuero mirándolo. 

            —Bien..,. pero ten cuidado. —Me advierte señalándome con su dedo. 

            Tomar un poco de aire después de estar encerrada tanto tiempo es gratificante. Cuando me acerco más al pueblo, ya que la casa de Radagast se encuentra a las afueras, me encuentro con la mirada juzgadoras de las personas; algunos con curiosidad y otros con asco. Ya estaba acostumbrada a este tipo de situaciones y por lo tanto ya no me afectaba para nada. 

            —¡Cuidado!—Un grito rompe con mi tranquilidad. 

            Miro a mi alrededor y me doy cuenta de que una mujer iba a ser atropellada por un camión que iba a toda velocidad. Su cuerpo estaba paralizado y el mio reaccionó por instinto. 

            De un momento a otro ya me encontraba al otro lado de la acera con ella en brazos. Había logrado aminorar su caída con mi cuerpo, lo cual había dolido un poco. 

            —¡Oh por Dios!—Escuchaba todo tipo de exclamaciones de las personas a nuestro alrededor. 

            —¿Te encuentras bien?—pregunto ayudándola a levantarse. No sentía olor a sangre lo que era buena señal.
            —Muchas gracias, gracias de verdad—conectamos miradas. 

            No puede ser ¿acaso tengo tanta mala suerte?.

            —Terra... nos volvemos a ver. Lamento que hayas sido en esta situación.—se pone roja—. Estoy tan apenada... fue totalmente mi culpa. 

            —Tranquila no fue nada—Aclaro y miro el camino que siguió el vehículo irresponsable—, debo irme tengo algo de prisa.

            Claro que no lo estaba pero debía alejarme de ella cuanto antes ya que sabía que tenía alguna relación importante con la manada.

            —¡Oh entiendo!, gracias nuevamente—dice sonriendo acomodando su bolso en su hombro. 

            Emprendo mi camino cuando su voz me detiene otra vez. 

            —¡Espera! Por favor acepta venir a mi casa en forma de agradecimiento. — Emily junta sus manos mientras que yo comienzo a negar—. No acepto un no como respuesta, después de todo es lo mínimo que puedo hacer, te veré mañana a las 17 p.m en esta dirección.

            Me interrumpe dándome un papelito. ¿Cuándo es que tuvo tiempo para escribir eso? 

            —Merendaremos juntas—sonríe despidiéndose. 

            ¿Acaso la gente no entiende cuando una persona no quiere estar con ella?, le he dado muchas señales pero al parecer es muy insistente. De igual manera no pensaba ir. 

            Después de arrugar el papel y estar a punto de tirarlo mi mirada va hasta el piso donde había un celular boca arriba con la pantalla un poco rota y no tenia que ser muy inteligente como para saber que le pertenecía a Emily. A pesar de haberlo notado estaba barajando la idea de dejarlo ahi tirado.  

            —No puedes simplemente no dárselo ahora. 

            Había llegado a la mansión directamente a contarle lo sucedido a Anton. El estaba un poco enojado por que al final traje el celular conmigo y ahora no podíamos fingir que nada había pasado ya que lo mas probable es que alguien me haya visto tomarlo. 

            —Es una pésima idea que vayas pero tranquila, solo será un momento para entregárselo y no tiene que pasar a más de eso.—me dice—luego le inventas alguna excusa y te vas. 

            —Si... tienes razón, no me pondré en riesgo involucrándome con ellos—respondo. 

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