[16] Fogata

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“𝕰𝖑 𝖘𝖎𝖑𝖊𝖓𝖈𝖎𝖔 𝖕𝖚𝖊𝖉𝖊 𝖊𝖛𝖎𝖙𝖆𝖗 𝖒𝖚𝖈𝖍𝖔𝖘 𝖕𝖗𝖔𝖇𝖑𝖊𝖒𝖆𝖘

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“𝕰𝖑 𝖘𝖎𝖑𝖊𝖓𝖈𝖎𝖔 𝖕𝖚𝖊𝖉𝖊 𝖊𝖛𝖎𝖙𝖆𝖗 𝖒𝖚𝖈𝖍𝖔𝖘 𝖕𝖗𝖔𝖇𝖑𝖊𝖒𝖆𝖘.”

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            El día se me estaba haciendo eterno, los nervios me carcomen por dentro. Nunca antes me había pasado, incluso no puede comer nada a la hora del almuerzo. 

            Obviamente estaba lista desde la mañana ya que no había podido aguantar mi ansiedad. Me sorprendía de verme a mi misma en este estado para ser sincera.

            Anton se encontraba fuera desde hace unas horas pero me aclaró que estaría para llevarme hasta el inicio de la reserva. 

“Quiero estar presente en tu primera cita.”

            Esas fueron sus palabras exactas al respecto. Tuve que aclararle que se encontraría el resto de su manada en la pequeña reunión y el consejo de su tribu; por lo tanto era lo más lejano a una. No le tomò importancia a mis palabras pidiéndome que por favor lo esperara y esa espera se limitaba, ahora, a 15 minutos.

            Decidí que podía esperar fuera de la casa su llegada y así de paso respirar un poco de aire fresco. Cuando abro la puerta me encuentro cara a cara con una gran sorpresa.

            —Hola…
            Miro seria a la chica Swan.
            —¿Qué haces aquí? – pregunto seca.
                       
            La chica frente a mi se remueve nerviosa y evita mirarme directamente a la cara.

            —Yo… quería hablar acerca del otro dia —tartamudea.
            —No hay nada que hablar — tranco la puerta detrás de mí y caminó por el patio hasta la acera.
            —Espera, por favor. Se lo que vi el otro dia, no le he dicho a nadie si es lo que te preocupa.
            —¿Preocuparme?, si lo hiciera no estarías viva.

            Freno de golpe haciendo que se choque contra mi. La miró amenazante.

            —Si sabes lo que te conviene mantendrás tu boca cerrada.
            —Yo solo quería…
            —¿Qué? ¿Meterte en donde no te llama?. Si, he sabido de tu sed de protagonismo.

            Sus manos pasan para atrás su pelo.

            — Perdón… eh gracias por haber salvado a mi padre.
            —No te confundas, me salvé a mi. Lo hubiese acabado si no hubiesen aparecido ustedes.

STIGMA; nueva vida (Seth Clearwater)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora