STIGMA; nueva vida (Seth Clearwater)

[40] El final del comienzo

"𝕰𝖑 𝖋𝖎𝖓𝖆𝖑 𝖉𝖊𝖑 𝖈𝖔𝖒𝖎𝖊𝖓𝖟𝖔".
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            Jacob estaba casi inmovil en su cama con aspecto sumamente cansado al igual que yo al estar haciendo un gran esfuerzo para evitar transformarme y que mis garras lo lastimaran accidentalmente. No hacía mucho su padre abandonó la habitación debido a los gritos que propinaba su hijo. 

            Carlisle había sido lo más cuidadoso posible en tanto hablamos de quebrar huesos, a pesar de que fueran enemigos no quiere decir que disfrute ver su sufrimiento y menos en un adolescente. 

            Cuando terminamos de colocar las vendas para inmovilizar su cuerpo y asegurar que curen de la manera adecuada él no para de decir el nombre de Isabella. 

            —Lo peor ya pasó. Volveré para darle más morfina, su cuerpo la absorberá demasiado rápido.—el médico anuncia a todos los lobos que estaban interesados en el bienestar de su compañero. 

            Se encontraban todos en total silencio alrededor del porche junto a un semblante serio. 

            —Gracias —la mano de Billy se extiende delante del vampiro deteniendo su salida. 

            Miró con una pequeña sonrisa la interacción de ellos, y cómo toma contento el agradecimiento del humano. 

            —Terra— la voz de Leah se escucha. 

            La miró con atención mientras da un paso delante alejándose de su hermano. 

            —Gracias por lo de hoy—dice asintiendo. 
            —No hay nada que agradecer— le respondo para dirigirle una mirada a Seth de despedida. 

            Habíamos tenido suerte hoy las cosas podrían haber salido mucho peor y ahora era el momento de volver cada uno con su  familia y reencontrarse.

            —¿Y ahora qué?—pregunta Seth con su cabeza en mi regazo.

            Pienso un poco en qué responderle ya qie  había un sentimiento de vacío, como si ahora el tiempo nos sobrara demasiado.

            —Supongo que podremos pasar más tiempo juntos hasta que las cosas se compliquen de nuevo—le respondo pensando en la guerra que se avecina para mi.

            Se levanta rápido para mirarme con una sonrisa inclinándose y darme un casto beso para colocarse detrás de mí y abrazarme fuerte.

            Era un día perfecto, el atardecer cae entre los árboles y el viento agita con  más fuerza los árboles, por suerte el frío no me afectó gracias al calor de mi mate.

            —¿Cómo está Jacob?—pregunto suavemente.

            —De sus heridas genial, ahora de eso otro….—dice dándome a entender que no está muy contento con el próximo casamiento entre Edward y Bella. Esta había sido la condición del vampiro para poder otorgarle la inmortalidad a ella. 

"Siempre juntos".

          Él me había pedido una opinión acerca de convertirla en un desalmado vampiro y le dije que no era quién para decidir sobre la vida de los demás. 

            Si me lo preguntasen a mí diría que no, pero si entremedio está la persona que amo no sabría decir. Pero lo aconsejé diciendo que si él no quería no tenía porque hacerlo, ella no puede obligarlo a ello.

            —¿Y Leah?—le preguntó.
            —No la soporto más hablando de ese estúpido vampiro. Sam le terminó por ordenar que no tocará más el tema—dice un poco enojado.

            Podía llegar a entenderla, a veces la frustración por no poder hacer algo llevaba a que lo negaras.

            —Dejemos de hablar del resto—me da un beso en el cuello corriendo mi pelo.

            Rio un poco ya que desde el día de la batalla trataba de estar todo el tiempo posible conmigo y de tener contacto físico. Me decía que se había asustado cuando vio los pensamientos del resto de la batalla pero también orgulloso de cómo peleé.

            El también me había contado como se había complicado todo con Edward y Victoria, pero que pudo manejar bien la situación. Los de la manada lo felicitaban constantemente y a él se le inflaba el pecho de orgullo.

            —¿Seguiremos juntos verdad?—pregunta con un bajo extrañandomr un poco.

            Me doy vuelta completamente para tomar su cara en mis manos y él envuelve sus manos en mi cintura y me aprieta. Siempre hacía eso y me encantaba, logramos tener una conexión que no se podía evitar.

            —¡Claro que sí! Siempre estaremos juntos—nos sonreímos para darnos un beso profundo.— No tienes que preguntármelo de nuevo.

            Me levanto como si no pesara y me dejo en su regazo para besarme delicadamente.

            —Oigan tortolitos, vamos a ir a jugar al fútbol ¿vienen?—la voz de Leah interrumpe nuestra sesión de besos.

            —Pensándolo bien, no se si estoy tan contenta de que me permitieran volver a la reserva—le digo en broma.

            Él ríe para tomarme de la mano y arrastrarme detrás de ellos para ir a la playa. Tofo iba a mejorar.

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