[29] Wolfsbane

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"𝕰𝖑 𝖆𝖓𝖙í𝖉𝖔𝖙𝖔 𝖕𝖆𝖗𝖆 𝖈𝖎𝖓𝖈𝖚𝖊𝖓𝖙𝖆 𝖊𝖓𝖊𝖒𝖎𝖌𝖔𝖘 𝖊𝖘 𝖚𝖓 𝖆𝖒𝖎𝖌𝖔"

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"𝕰𝖑 𝖆𝖓𝖙í𝖉𝖔𝖙𝖔 𝖕𝖆𝖗𝖆 𝖈𝖎𝖓𝖈𝖚𝖊𝖓𝖙𝖆 𝖊𝖓𝖊𝖒𝖎𝖌𝖔𝖘 𝖊𝖘 𝖚𝖓 𝖆𝖒𝖎𝖌𝖔".

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            El final de clases había llegado al igual que el día de la graduación. Se podía ver la emoción de las chicas e incluso los chicos que se prepararon para festejar. 

            Había sido invitada por los Cullen a ir a la entrega de sus diplomas de los cuales habían recibido más de las que quisieran. Por respeto asistí aunque no me interesaba estar rodeada de personas justo en ese momento. 

"Este no es el momento de tomar decisiones duras sino de cometer errores. Tomar el tren equivocado y perderte en algún lado. 

Enamorarnos... mucho. Estudiar filosofía con lo que no se puede tener una carrera. Cambiar de idea y cambiar otra vez porque nada es permanente. 

Cometamos todos los errores posibles así cuando nos pregunten qué queremos ser no tendremos porque adivinar, lo sabremos". 

            No podía decir que Jessica me cayera muy bien, de hecho no había convivido casi nada con ella al igual que los demás alumnos pero el discurso que había dado estuvo muy bueno. 

            No podía decirse como tal que fuese una persona mala solo envidiosa como Megan, con la cual luego de los sucesos se había ido de viaje para poder operarse la nariz con personas más capacitadas. No había podido terminar el curso con el resto de sus "amigos" los cuales notaban su ausencia de la mejor manera, algunos se atrevían a venir a felicitarme y a decirme que se lo merecía. Eso me había hecho sentir culpablemente feliz. 

            —Miren quien esta aquí—el brazo en mis hombros y voz de Emmet me sacaron una sonrisa. 

            El era mi hermano favorito porque cada segundo con el era una risa asegurada. Recuerdo el momento en el que "entrometido Edward" lo reveló a toda la familia haciendo que Emmet tomara más confianza conmigo invitándome a jugar a sus tan amados videojuegos y además prometido que pronto me llevaría  a los partidos de baseball con ellos "cuando sea el tiempo adecuado" según sus palabras. 

            —¿Vendrás hoy, no?, habrá mucha comida — dice. 

            —Sí claro pero llegaré un poco tarde, Anton pidió mi ayuda en algo —respondo. 

            Los hermanos habían decidido que era una buena idea hacer una fiesta en su casa en la noche, a la cual todos los alumnos estaban invitados a ir. 

            Alice estaba muy emocionada por eso, organizandola con mucha anticipación pidiendo expresamente qué fuera siendo la única de grado menor invitada, claro para sorpresa de nadie.




STIGMA; nueva vida (Seth Clearwater)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora