[26] Suspendida

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𝕹𝖔 𝖙𝖊 𝖆𝖗𝖗𝖊𝖕𝖎𝖊𝖓𝖙𝖆𝖘 𝖉𝖊𝖑 𝖕𝖆𝖘𝖆𝖉𝖔, 𝖆𝖕𝖗𝖊𝖓𝖉𝖊 𝖉𝖊 é𝖑

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𝕹𝖔 𝖙𝖊 𝖆𝖗𝖗𝖊𝖕𝖎𝖊𝖓𝖙𝖆𝖘 𝖉𝖊𝖑 𝖕𝖆𝖘𝖆𝖉𝖔, 𝖆𝖕𝖗𝖊𝖓𝖉𝖊 𝖉𝖊 é𝖑.

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           La primer semana de clase se había pasado muy rápido y no era necesario más tiempo para saber que no me gustaba. No era que el convivir con los Cullen fuera incómodo, de hecho lo disfrutaba, pero era completamente distinta la forma de estudio que tenían. Y era más que obvio que el encierro que tuve a lo largo de mi vida había afectado mi forma de relacionarme con el resto.

            Todos hablaban a mis espaldas, ya sean cosas buenas o malas, y en el caso de Megan eran horribles. Los Cullen y yo nos divertíamos con los primeros comentarios que emitía pero estos cada vez eran peores y con eso, cesaron todas las risas.

            Nadie entendía su fijación conmigo pero estaba segura de que eran de pura envidia. Y lo comprobé en la clase de gimnasia de hoy.

            —¡Ups! no se que me pasa hoy, estoy jugando muy mal—dice tapándose la boca con cara inocente.

            Las risas no se tardaron en escuchar en el lugar queriendo humillarme aún más.

            Me quito el pelo de la cara, después de asimilar el quinto pelotazo que recibió mi cara mientras que la profesora sin prestar mucha atención pide con un pitido que continúe el juego.

            Mis habilidades para los deportes eran muy buenas incluso antes de transformarme, así que no iba a dejar que una simple humana me gane en un partido de voleibol.

            Tomo la pelota en mis manos, la giró visualizando el destino y me preparó para hacer el saque. La tiró al aire y la golpeó con fuerza.




            —¿Se da cuenta de la gravedad del asunto señorita Radagast? La señorita Carson está en urgencia por una nariz quebrada—pregunta el director.

            Me mira por arriba de sus lentes mientras junta las manos sobre los papeles que tenían escrito la suspensión de tres días que iba a tener.

            —Fue un accidente, no lo hice a propósito—desvío la mirada.

            —Claro, es por eso que tengo las extensiones de cabello de la alumna en mi despacho—dice levantando la bolsa con pelos rubios mirándolos un poco con asco.

            —Ella se acercó para agredirme, ¿que se suponía que hiciera? ¿Poner mi mejilla para facilitárselo?—le digo.

            —Lastimosamente la profesora no vio con exactitud cómo se llevaron a cabo los hechos y algunas de las chicas presentes coincidieron con la versión de Carson.

STIGMA; nueva vida (Seth Clearwater)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora