Después de varias semanas después de la dolorosa e inesperada muerte de nuestro querido padre, Agnes se había ido, Conrad decidió marcharse de nuevo y en la casa ya solo nos encontrábamos Dorothy, Amy y yo junto con los demás empleados de la casa. Era un verdadero suplicio pensar en todo aquello y saber que nada se podía hacer, que nuestra vida había cambiado y que todo aquello debíamos dejarlo atrás. No podía tampoco dejar de pensar en mi verdadera madre, Evie, que tanto necesitaba a pesar de jamás haberla conocido o a ver sentido su calor.
Me dedicaba las noches a pensar en cómo sería volver a verla, saber cómo está, si ella me ha echado de menos en algún momento en este largo tiempo y si alguna vez intentó volver a por mí. Imaginaba una vida diferente, una vida donde ella estuviera. En ese momento, y a pesar de estar absorta en mis pensamientos, pude notar los golpes en la puerta de mi alcoba. Indiqué que pasara y no pude evitar sonreír al ver que era Andrew.
-No debes estar aquí, es arriesgado. –dije con preocupación.
-¿Te preocupas por mí eh? –dijo en tono burlón.
-No, es solo que no quiero que te vean aquí. –respondí.
-No quiero que te vean aquí. –se limitó a imitar mis palabras. Rodeé los ojos.
-¿Qué haces aquí? –pregunté.
-Querías verme. –dijo sin contemplaciones. Me quedé un poco en shock. Él se acercaba a mi posición decidido, como si pensara que estaría dispuesta a que se repitiera lo de aquella noche.
-Ni en sueños. –repliqué. Él se paró en seco y me miró extrañado.
-Te agradecería que me dejases sola. –dije mientras lo miraba fijamente a los ojos. Él se limitó a seguirme la mirada.
-¿Qué? –dije al ver que no dejaba de mirarme y que no se iba.
-No me voy a ir. –respondió. Era tremendamente cabezón.
-¿Nunca te han echado sutilmente? –dije algo molesta.
-Nadie me echa de ningún lugar, nadie se atrevería. –me dedicó una sonrisa pícara.
-Pues si no te ha quedado claro, quiero que te vayas. –respondí cruzándome de brazos. El dejó salir una pequeña carcajada.
-¿De qué te ríes Andrew? –dije ahora algo más molesta. El cambió la cara.
-No quieres que me vayas Aurora. –dijo decidido. No podía estar más cerca.
-¿Y eso por qué? –había captado mi atención y ahora de repente estaba intrigada.
-Se cuál es ese sentimiento. A veces dejamos que nuestros actos salgan del corazón sin importar mucho el deber de no dejar que pase. –respondió.
-Andrew, ¿has bebido? –dije sin pensar. El rio y acto seguido sostuvo mis manos.
-Lo que quiero decir Aurora es que no dejo de pensar en lo de aquella noche. –se sinceró. Mi piel se erizó al recordarlo. Tras varios segundos de silencio decidí pronunciar palabras, quizás no muy acertadas.
-¿Sabes qué? Es tarde Andrew y te repito que no deberías estar aquí. Si has venido para decirme esto, me alagas, pero no creo que debas ser correspondido. –acabé por decir. Sé que no es lo que pensaba realmente, pero aun así es lo que tenía para decirle en ese momento, al menos por ahora, hasta que me aclarase y supiera lo que realmente sentía por él.
-Buenas noches entonces, Aurora. –se limitó a decir mostrándome una sonrisa decepcionada y se marchó de allí.
Al día siguiente Amy y yo iríamos a preguntar por el pueblo, por si conocían a Evie. Necesitaba información sobre ella, donde la habían visto, si pudiera seguir aquí o si la vieron irse a otro lugar. En la plaza del pueblo era casi imposible que no nos miraran con cara de pena, otros con cara de indiferencia y otros ni siquiera se dignaban a mirarnos.
Nos dispusimos a apoyarnos sobre un muro de piedra, estábamos literalmente exhaustas y cansadas de estar todo el día intentando conseguir información, cuando de repente una joven quien estaba acompañada por un muchacho, se detuvieron ante nosotras.
-¿Necesitan ayuda señoritas? –dijo la joven que parecía ser muy amable.
-Muchas gracias, pero no. –dijo Amy muy amablemente. Entonces ella se fijó en mí y quedó algo sorprendida.
-Se parece usted a una mujer que conocí hace un tiempo y que tuve el honor de convivir como si de mi familia se tratara. –dijo un tanto absorta.
-¿Yo? –pregunté. Me sorprendí bastante ante aquello.
-Sí, es muy parecida a ella, sin duda. –volvió a hablar. Su acompañante no paraba de mirarme asombrado.
-¿Y cómo se llamaba? –me quedé expectante ante su respuesta. Intrigada.
-Evie creo recordar. –respondió. Amy y yo nos miramos y no dudamos ni por un segundo que aquel día, aunque fue duro, obtuvimos una gran recompensa después de todo.
Seguimos preguntándole por aquella Evie, necesitaba saber si era ella, mi madre, y de así serlo, donde estaba, donde vivía, en qué momento se conocieron y cómo era.
Obtuvimos todas, o casi todas las respuestas por su parte. Ante la pregunta de cómo era, si estaba viva, afirmativo, y, además era una mujer increíblemente educada, pudiente y de buena familia.
-Se hace tarde señoritas. -dijo su acompañante. En ese momento no sabía ni en qué día nos encontrábamos de lo deseosa de respuestas que estaba.
-¿Podríamos vernos en otro momento? –preguntó Amy.
-Por supuesto. Por cierto, mucho gusto en conocerlas, somos Brittany Marie y Nicholas Haggard. –dijo bastante orgullosa.
-¿Ustedes? –aquel joven parecía estar interesado.
-Oh, ¡qué tonta! Somos Amy y Aurora Carter. –respondí de inmediato. Había estado tan ocupada preguntándole todo tipo de cosas que no dejé ni que se presentaran, olvidando también decirle nuestros nombres.
-Mucho gusto en conocerlas. –Ambos dijeron al unísono.
-¿Podríamos vernos mañana al atardecer en Forder Street nº14? –preguntó Amy. Era la casa de William.
-Claro. –dijo Brittany. Con un gesto se despidieron y les vimos alejarse de allí.
-¿Por qué le has dicho de vernos en casa de William? –dije algo molesta.
-Porque estoy segura de que entre todos podemos ubicar a tu madre Aurora. –respondió Amy. Me crucé de brazos y ante mi gesto de desaprobación, volvió a mencionar palabra.
-Lo dices porque Andrew estará allí y no quieres que nos ayude. –afirmó. Yo rodeé los ojos y me limité a guardar silencio.
-O es porque quieres evitar verle. –dijo dándome un codazo. Suspiré y ella soltó una carcajada.
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AMOR INGLÉS [PUBLICADO EN PAPEL]
Fiksi RemajaAurora es una chica perteneciente a la clase alta de Inglaterra, carismática, decidida y bondadosa con aquellos de buen corazón.. Sus padres siempre han esperado mucho de ella, pero ella no quiere seguir la vida que se le ha encomendado. Por caprich...