Llegamos a la isla de Vedshire, donde vivían los Turwin, una familia adinerada que eran dueños de prácticamente todos los negocios habidos y por haber en aquella isla. Eran ellos a los que Andrew pretendía robar. No sabía muy bien cuál iba a ser mi papel en todo esto, pero tenía por seguro que pediría ayuda nada más desembarcar.
-¿Preciosa verdad? –preguntó Andrew maravillado. Las pequeñas palmeras que se habrían paso en la orilla de aquella isla eran realmente bonitas, la arena era de un color suave, casi seguro que se desharía en la mano nada más tocarla. Los hombres del puerto nos hacían señas para ayudar con el amarre de aquel barco, que pese a ser grande y estar tripulado por piratas, no parecía tal cosa, parecía un simple barco mercante. Quizás era una estrategia para pasar desapercibidos ante los ojos de la gente.
Andrew ordenó a sus hombres que se comportaran y que ayudaran a bajar los barriles que estaban en el sótano, aquellos que había podido ver anteriormente, y que los dejaran en aquel puerto. Emmett me cogió de la mano y me indicó que bajara con él, cosa que acepté. Mi tobillo parecía estar mejor y ya no tenía dificultades para andar, era realmente satisfactorio.
-Aurora. –dijo Andrew mientras que se acercaba a mí.
-Necesito explicarte todo. –comentó. Estaba nerviosa, necesitaba hablar con alguien y explicarle mi situación, pero si Andrew me retrasaba contándome su estúpido plan, no me dejaría sola ni por un segundo. He de recordar que, aunque haya sido, en cierto momento, amable conmigo no quitaba que fuera un sucio y sanguinario capitán pirata.
-¿Qué? –dije lo más amable posible.
-Vamos a infiltrarnos, tengo todo pensado, tengo gente que... -dijo antes de ser interrumpido.
-¿Cómo? ¿infiltrarnos? Eso son más de uno. –pregunté extrañada.
-Escúchame, somos un matrimonio, vas en nombre de tu padre para hacer negocios con el vino que hemos depositado en el puerto.
-¡Ni hablar! –contesté.
-Me da igual que no quieras. –dijo acercándose lentamente hacia mí.
-Aléjate. –dije sin pensar. El paró en seco y no dudo en suspirar. Parecía enfadado, decepcionado. Le sacaba de quicio y yo lo sabía.
-Te guste o no, te tengo prisionera, y no tienes otra opción. –susurró, mientras miraba a su alrededor. Las personas que trabajaban en el puerto empezaban a estar un poco incómodas al vernos discutir, por lo que Andrew optó por ser precavido y no montar un numerito. Solté un gruñido y avancé por la playa hasta llegar a un camino lleno de piedras donde me senté en una roca. Andrew me venía siguiendo y me pisaba los talones.
-No hemos terminado. –dijo algo molesto.
-Hemos terminado. –contesté plantándole cara. Sus ojos se clavaron en los míos y se limitó a permanecer callado.
-Mira, ¿sabes qué? No tengo nada por lo que luchar, mátame, no le temo a la muerte. –mentí. Estaba nerviosa y él lo sabía, podía notar como me temblaba la mandíbula. Entonces su cara cambió, pasó de estar enfadado a casi prácticamente reírse.
-No voy a matarte Aurora. –contestó mientras me dedicaba una estúpida sonrisa.
-No voy a hacer nada por ti. –aclaré.
-Oh, sí que lo harás. –replicó, desafiante. En ese momento un hombre junto con su ayudante se dirigió a nosotros.
-Señor Bell, mucho gusto en conocerle. –dijo aquel hombro distinguido y con buenos modales. Me quedé perpleja, era el mismísimo Wilder Turwin.
-Mucho gusto señor Turwin, permítame que le presente a mi esposa, la señorita Aurora Carter. –contestó Andrew con total serenidad. El señor Turwin depositó su mirada en mí y me hizo un gesto de aprobación. Me quedé inmóvil pero lo más que pude hacer es devolverle el gesto y poner mi mejor sonrisa.
-No se demoren mucho para llegar a mi humilde morada, le esperamos con los brazos abiertos. –terminó por decir, luego se marchó.
-Venga, no hagamos esperar al señor Wilder Turwin Aurora. –dijo con burla.
Andrew me proporcionó unos vestidos que sabrá Dios de donde los habría robado y a quién. Me puse uno rojo, era el único que me estaba bien y con el que pude estar más aseada al menos. Andrew no pareció percatarse de mí, estaba centrado en su maravilloso plan. Tan obcecado en robarle a aquella familia, que por mucho dinero que tuvieran, se lo habían ganado limpiamente con su esfuerzo, honradamente.
-Debo advertirte que el señor Turwin es dado a embelesarse con toda mujer bonita. –dijo Andrew mirándome fijamente.
- ¿Qué me quieres decir con eso? –pregunté bastante extrañada.
-Tú no te separes de mí, ¿de acuerdo? –dijo Andrew que acto seguido me cogió de la mano.
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AMOR INGLÉS [PUBLICADO EN PAPEL]
Teen FictionAurora es una chica perteneciente a la clase alta de Inglaterra, carismática, decidida y bondadosa con aquellos de buen corazón.. Sus padres siempre han esperado mucho de ella, pero ella no quiere seguir la vida que se le ha encomendado. Por caprich...