Capítulo 34 -Una historia que contar

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Nicholas se encargó de que entráramos en celdas separadas, pero al menos, era pared con pared, podría escuchar la voz de mi madre.

-No estarás aquí por mucho tiempo, si te portas bien Aurora. –dijo Nicholas con voz desafiante. No pudo darme más asco. Asentí deseando ahorcarle con mis propias manos en aquel lugar, en aquel instante.

Oí el porrazo de aquella puerta vieja que se cerró tras él. Suspiré y me puse en pie rápidamente, acercándome a aquella pared.

-Madre, sé que estamos en un momento crítico, pero quería decirle que todo... - me interrumpió.

-¿Todo va a salir bien? –sus palabras no mostraban esperanza, era como si ya se hubiera dado por vencida.

-Amy no va a dejar que nos hagan nada, te lo aseguro. –Intenté que pensase en positivo, que no se rindiera. No estaba en mi mejor momento, pero de algo estaba segura, de que no me iba a rendir.

-¿Es verdad todo lo que dijo Agnes? ¿Todo lo que te han hecho pasar? –preguntó bastante intrigada. Suspiré de nuevo, temiendo su respuesta al decirle que sí.

-Si. –dijo rotundamente.

-Eres una mujer muy valiente. Estoy orgullosa de ti. –dijo al fin. Una sonrisa se dibujó en mi rostro.

-¿Qué te pasó madre? Necesito que me cuentes todo. –pregunté intrigada.

Me contó todo lo que necesitaba saber, todo por lo que había tenido que pasar, engaños, dinero, extorsión... no dejaron ver a su propia hija, incluso le aseguraron que unos asesinos a suelto habían acabado con mi vida y que jamás sabría donde me habían enterrado. Por varios años vivió como un alma en pena, pero gracias al ego narcisista de Agnes y su afán de martirizarla, supo que aún seguía con vida. Me confesó que la obligaron a servir en esta casa de por vida y que nunca vería la luz, y así fue hasta ahora. Entendí con todo aquello entonces lo de "Lugar al que pertenecía", que dijeron los padres de Andrew y William, es decir, estaba justo aquí en el mismo lugar donde yo residía, tan lejos, pero a la vez tan cerca...

Mi mente era capaz de entender todo lo que me estaba relatando, pero mi corazón era incapaz de soportar todo el sufrimiento y el dolor que tuvo que pasar aquí dentro, en estas sucias pareces, en esta casa habitada por seres inhumanos y malvados.

-El señor O'conell, que en paz descanse, era un buen hombre, pero cuando falleció, Agnes se apoderó de la casa, por poco tiempo, ya que debía cuidar una casa, un marido, una familia...-dijo mi madre antes de ser interrumpida.

-¿O'conell? ¿El gobernador O'conell? –me quedé totalmente anonadada.

-Sí, es más, Nicholas y Brittany son sus hijos en común, Daniel es su medio hermano. –confesó.

-No puede ser. Ese malnacido maltrató a mi hermana Amy y Agnes insistía en comprometernos con él, primero lo intentó conmigo y justo después con Amy...-respiré hondo.

-No se le ha vuelto a ver y Agnes parece que no le importaba demasiado. –contestó Evie que me dedicaba una de las más dulces sonrisas que había visto jamás.

En ese momento Nicholas abre la puerta.

-Aurora, ven conmigo. –dijo mientras abría mi celda. Gateé hacia una esquina y me agarré a una barra de metal de la celda lo más fuerte posible. Nicholas entró y decidido a llevarme intentó que la soltara.

-¡Suelta! –dijo alterado. En ese momento le di una patada tan fuerte que le hice retroceder. Evie no podía ayudarme, pero gritaba desde el otro lado del muro desconsolada.

Nicholas no se daba por vencido y mi resistencia llegó a su fin por lo que pudo cogerme sin problemas. Hacía mucho calor y el gran esfuerzo que estaba haciendo hicieron que la vista se me nublase, que perdiera el control y vomitara. Nicholas esto le dio igual y simplemente dejó que me desmallara para poder cogerme con más facilidad.

Dejé tras de mi a mi madre, preocupada, con la impotencia de no poder ayudarme.

AMOR INGLÉS [PUBLICADO EN PAPEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora