A la fiesta de disfraces acudimos en familia, a pesar de todo lo que me contó padre. Necesitaba evadirme de todo aquello y creí que esta era la mejor forma para hacerlo. La mansión de William estaba a las afueras y fue un tremendo honor poder estar allí, era todo lujo y esplendor. Dorothy nos consiguió todo tipo de máscaras con las que pudimos entrar sin problemas. Yo portaba una máscara negra con preciosas plumas doradas alrededor, un vestido negro con encajes que la mismísima Dorothy había confeccionado.
Había muchísimos invitados, caras conocidas y no tan conocidas. Supuse que todos aquellos a lo que no tenía el placer de conocer serían familia, amigos y compañeros de profesión de William.
-¿Me permite este baile? –dijo un joven al que no pude reconocer a simple vista por la máscara que portaba. Su voz me parecía familiar, pero no le di más importancia.
Acepté sin dudar mucho y nos dispusimos a bailar. La música era fantástica, daba la sensación de que estuviera en un lugar místico. Aquel joven lograba que disfrutara al bailar, nunca me había sentido tan libre. Sus delicadas manos se deslizaban con las mías y cada movimiento era único. Después de un rato la música paró y ambos nos separamos. Cuando me quise dar cuenta aquel joven desapareció disipándose entre los asistentes a la fiesta. Me dispuse a ir a por algo de beber y reunirme así con Amy. La busqué y me percaté de que estaba en mi misma situación, o al menos eso me pareció.
-Amy. –dije dudando de si realmente era ella o no.
-Aurora. –respondió. Ambas reímos.
-¡Qué maravilla de lugar hermana! –dijo mientras portaba una mirada eufórica.
-Lo cierto es que sí. –respondí.
-Señoritas. –dijo William apareciendo de repente.
-William. –Amy parecía contenta al verle. William le dedicó una sonrisa.
-¿Me permite este baile? –ambos me habían dicho lo mismo. Acepté. Una vez bailando pudimos tener una conversación realmente interesante.
-Quiero enseñarle algo, con lo inquieta que es usted, por lo que he podido observar, creo que le encantará. –dijo con cierto aire misterioso.
-Sorpréndame. –dije de forma descarada.
Subimos al piso de arriba alejándonos de todos los invitados. Me llevó a una especie de librería repleta de libros viejos y desgastados, de manuscritos y todo tipo de objetos antiguos. William se dirigió a una estantería de la que sacó un libro viejo con una piedra roja en el centro.
-Toma Aurora. –dijo ofreciéndome aquel libro.
-¿Qué es? –me sorprendió bastante aquel gesto.
-Siento que este libro es importante para mí por alguna razón, pero me desconcierta. –dijo William que parecía algo decepcionado.
-Déjame ver. –respondí. Una vez en mis manos aquella piedra empezó a brillar con luz propia, algo que me desconcertó bastante. William se mostró totalmente sorprendido y su rostro cambió por completo. Estaba expectante.
-¿Qué acaba de pasar? –pregunté algo nerviosa.
-Ábrelo Aurora. –indicó. Lo abrí y de la nada sus páginas empezaron a cobrar vida, las palabras empezaban a escribirse en aquel papel. No podía creer lo que estaban viendo mis ojos. Era completamente inexplicada todo aquello, pero al poder comprobar que ya todo podía ser cierto, empecé a comprender que las cosas no son siempre lo que parecen.
-Puedo leer algo aquí. –indiqué mientras señalaba con mi dedo.
-No puedo ver nada. –William me miró extrañado, como si estuviera loca.
-Pone algo sobre dos personas, es una especie de mapa. –pude concluir.
-¿Qué más pone? –preguntó algo sobresaltado.
-"Dos corazones, dos almas" –pude leer. No sabía muy bien que era todo aquello.
-Aparece un dibujo, una especie de espada con un hueso partido en dos. –terminé por decir. En ese momento William se quedó paralizado. Ido. Me percaté de que no salían palabras de su boca y no pude evitar asustarme.

ESTÁS LEYENDO
AMOR INGLÉS [PUBLICADO EN PAPEL]
Teen FictionAurora es una chica perteneciente a la clase alta de Inglaterra, carismática, decidida y bondadosa con aquellos de buen corazón.. Sus padres siempre han esperado mucho de ella, pero ella no quiere seguir la vida que se le ha encomendado. Por caprich...