Capítulo 23 -Un secreto oculto

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En ese momento alguien irrumpió en la habitación, haciendo que me asustar más si eso era realmente posible.

-William. –dijo aquel joven con el que anteriormente había bailado. El alzó la mirada y entonces su cara cambió. Portaba una gran sonrisa.

-Hermano. –dijo aliviado. ¿Hermano? No entendía nada. Sentía que debía irme de allí, pero no sabía cómo. Entonces el joven se quitó la máscara, revelando su auténtica identidad.

-¿Andrew? –pregunté. No podía ser cierto. ¿William y Andrew hermanos? Andrew me miró y me dedicó una dulce sonrisa.

-¿Os conocéis? –dijo William asombrado.

-¡No! –dijimos a la vez. Fue raro compenetrarnos de esa manera, nada de esto estaba planeado.

-Es obvio que sí, no vale la pena mentirme. –dijo algo sobresaltado.

-¿Qué estás haciendo aquí? –preguntó Andrew que parecía ahora algo molesto.

-Debía llamar tu atención de alguna manera y montando esta fiesta sabía que de alguna forma te enterarías, esta ciudad es pequeña y todo el mundo hablaría de la gran fiesta de William Simmons. –aclaró.

-¿Simmons? –preguntó Andrew.

-Me tuve que cambiar nuestro apellido para que no sospecharan. –añadió.

-¿Sospechar? –pregunté.

-Aurora, mi hermano y yo, como ya sabes, somos hijos de piratas y no somos bien recibidos en esta ciudad. –confesó Andrew.

-¡Claro que no! Me secuestraste, ¿recuerdas? Andan buscándote por todos lados. –repliqué.

-¿Qué hiciste qué hermano? –William miró a Andrew sorprendido.

-Una larga historia. –hizo rodar sus ojos mientras portaba una cara seria.

-Vaya contigo hermano. –dijo William que parecía algo molesto.

-No eres el más indicado para juzgar. –respondió Andrew.

-¿Y tú sí? Entiendo. –le reprochó William.

-Yo no soy quien dejó tirado a su hermano. ¡Soy el único a quien le importa lo que le pasó padre y a madre! –dijo Andrew mirándole a los ojos con furia.

-¡Caballeros! –intenté mediar entre ellos.

En ese momento el libro que sostenía aun en mis manos hizo que la piedra volviese a brillar.

-¡Es el diario de madre! –exclamó Andrew mientras lo miraba fijamente.

-¡Ábrelo! –indicó William. Así hice. Debías saber que había encontrado el diario de nuestra madre. Yo también intentaba buscar por mi cuenta hermano. Me extrañé entonces, ya que cuando me lo ofreció William me dijo que no sabía por qué era tan importante para él. Supongo que sería igual de mentiroso que su hermano.

Pude leer algo más escrito que indicaba un lugar en un mapa. Era una isla cercana a nuestra posición. Un enclave para piratas. Describí todo lo que pude, describiendo los dibujos que allí se aparecían.

-¡Es la isla de los muertos! –confirmó Andrew que parecía bastante convencido.

-Debemos ir allí. –terminó por decir William.

AMOR INGLÉS [PUBLICADO EN PAPEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora