Todo el plan se llevó a cabo de la forma esperada y tocaba dar el último adiós a dos meses de retención contra mi voluntad. No sabía muy bien cómo sentirme sobre ello, pero no quise darle más vueltas. El único del que quería despedirme era de Emmett, al que le había cogido cariño en todo este tiempo.
-Nunca la olvidaré señorita Aurora, y espero algún día saber de usted. –dijo Emmett que parecía bastante triste. Lo abracé como si de mi hermano pequeño se tratara.
-Adiós señorita Aurora. –dijo Constantine que junto con Andrew parecían totalmente serios. Andrew me miró y simplemente con una mirada me mostró de nuevo su gratitud. De devolví el gesto y sin más demora, Emmett y yo nos dirigimos a bajar por la larga escalera hacia la barca. Una vez allí, éste me acercó a la orilla, mientras podía ver como dejábamos lejos aquel enorme barco casi imperceptible debido a la oscuridad de la noche. Sin mirar atrás empecé a correr como alma que trae el diablo con un rumbo fijo.
Corrí por las calles solitarias. Pasé por varios callejones, y pude encontrarme con varios borrachos que adornaban las calles, tirados por el suelo, sin conciencia. Pasados varios minutos y exhausta, ahí estaba, mi hogar. Llamé desesperada a gran puerta de madera. Fue Dorothy la que abrió y cuando pudo contemplarme pegó un grito que erizó mi piel.
-¡AURORA! –exclamó eufórica. Acto seguido me hizo pasar y cerró por completo la puerta. Gracias a sus gritos todos vinieron a nuestro encuentro y he de decir que sus caras al verme fueron como un gran alivio para todos, menos mi madre que lucía impasible como si nunca me hubiera ausentado.
Ellos no habían sufrido ningún daño, como Andrew me confirmó. Al parecer cuando me secuestraron, todos se fueron de allí, su misión era simplemente captarme, y no tenían orden alguna de Andrew de atacar ni matar a nadie.
-Vamos niña, te preparé un baño. –dijo Dorothy que me trataba como si de un parajito indefenso me tratase. No era así para nada, había sufrido en mi piel dos meses de rapto, pero me sentía más fuerte que nunca. Dorothy me ayudó en todo y he de decir que fue tan amable como siempre conmigo.
-¿Qué te hicieron niña? –dijo Dorothy mientras me pasaba la esponja por la espalda.
-No me han hecho daño, tranquila. –respondí lo más pasiva posible para que no se preocupara.
-Mañana mismo va con su padre a las autoridades para denunciar todo lo que ha pasado, ¿me oye? –dijo Dorothy que, pese a mis intentos de calmarla, no dio fruto.
-Y bueno, ¿qué ha pasado en mi ausencia? –pregunté para cambiar un poco el tema.
-Muchas cosas señorita Aurora, el joven con el que pretendía casarla, ahora está prometido con su hermana. –confesó.
-¿Cómo? ¡No puede ser! –exclamé.
-Sí, su madre ya lo ha preparado todo y si usted no llega a aparecer se hubiera perdido la boda. –confirmó.
-Mi querida Amy... -suspiré.
-No se preocupe niña, ella es feliz, pero sí que la notaba inquieta por no poder compartir ese gran momento con usted. –confirmó con una gran sonrisa en su rostro. Adoraba cuando la veía así, habrá sido muy duro para Dorothy mi ausencia. Suspiré aliviada entonces. Me ayudó a vestirme y a prepararme para descansar. Pude abrazar a todos sin excepción justo después de asearme, pero debía descansar, mañana me esperaba un día movido.
Al día siguiente, Dorothy irrumpió en mi habitación. Apartó las cortinas del ventanal y los rayos del sol me cegaron por completo.
-Vamos niña, vuestro padre os espera. –dijo mientras preparaba y dejaba sobre la cama un vestido negro azabache. Me levanté y fue directa a lavarme la cara. No había descansado tanto desde mi última noche aquí. Me preparé lo más rápido posible y me dirigí a la planta de abajo donde ya mi padre esperaba impaciente mi llegada.
-Querida, que bueno verte, estás preciosa. –mi padre me miró con casi lágrimas en los ojos.
-Padre. –no pude evitar sentirme mal. Le abracé y pude sentir su alivio al tenerme de nuevo en casa.
-No se preocupe, estoy bien. –dije para que se tranquilizara.
Nos dirigimos juntos hacia el cuartel para que declarara todo lo que me había pasado, quienes eran los responsables y si de alguna manera, capturarlo para poder sentenciarlo.
-Todo lo que usted sepa, por mísero que sea, cuenta a la hora de poder capturar al malnacido que le ha hecho eso. –dijo un soldado.
-Señor, el dueño de la taberna nos proporcionó algo de información. Nos describió el aspecto de un conocido pirata. –podía notar los latidos de mi corazón de lo nerviosa que me puse en ese momento. No entendía muy bien por qué, pero no podía decir quieres fueron los que me retuvieron, temía por Emmett, por lo que le pudiera pasar. Además, sabía que era importante para Andrew encontrar respuestas acerca de sus padres y después de lo que la bruja dijo, algo dentro de mí evitaba que los delatara.
-Señorita Aurora. –aquellas palabras hicieron que saliera del trance.
-¿Algún nombre que haya podido escuchar durante su cautiverio? –preguntó aquel hombre. Entonces pensé en que sería mejor distraer la atención hacia otra persona para que no les encontraran. Debía pensar rápido.
-Pude escuchar el nombre de Abraham Longford. –mentí.
ESTÁS LEYENDO
AMOR INGLÉS [PUBLICADO EN PAPEL]
Teen FictionAurora es una chica perteneciente a la clase alta de Inglaterra, carismática, decidida y bondadosa con aquellos de buen corazón.. Sus padres siempre han esperado mucho de ella, pero ella no quiere seguir la vida que se le ha encomendado. Por caprich...