Esa noche no pegué ojo. No podía dejar de pensar en las palabras que salieron de mi boca y que hicieron que una parte de Andrew me odiara. No podía juzgarle, no después de todo lo que estaba haciendo por mí. Me odiaba por todo aquello, por no saber controlar mis palabras, por haber perdido el juicio por todo el tema de mi madre y por lo agotada que me sentía... me trataba de mantener cuerda a pesar de la muerte de mi padre. No intento justificarme, pero quizás no debería pasar por todo aquello yo sola. Aun así, era mi vida y era algo que no podía controlar. Al menos tenía una dirección, una nueva esperanza, un nuevo destino que debía abordar y que no sabía si iba a ser fructífero, pero que de alguna manera u otra iba a comprobar.
-¿Lista? –dijo Amy mientras cogía su pamela.
-Lista. Respondí dedicándole una gran sonrisa.
-Nosotros también estamos listos. –dijo William que junto con Andrew se adecentaban para poder salir. Mi mirada se clavó en el rostro de Andrew que parecía no darse cuenta. O más bien, no quería darse cuenta. Está bien, lo entiendo está dolido, yo también lo estaría después de aquello. No le quise dar más vueltas y emprendimos nuestro camino.
Al llevar al sitio Amy suspiró y se echó las manos a la cabeza.
-¿Qué pasa Amy? –preguntó William un poco extrañado.
-Hay muchísima gente, ¿a quién le preguntaremos? –preguntó abrumada.
-Nos separaremos, dijo Andrew. Mis ojos buscaron los suyos.
-Vente conmigo Amy. –dijo Andrew ofreciéndole la mano. Ella simplemente aceptó y se alejaron tras cruzar la calle.
-Parece que nos ha tocado investigar juntos. Dijo William con tono amable.
-Eso parece- dije algo molesta. No debería estar así, tiene sus motivos para no querer estar conmigo ahora, y William es un buen hombre, no debería hacerle pasar un mal rato.
-Preguntemos por ahí. –dije dedicándole una gran sonrisa.
Estuvimos dando vueltas sin parar preguntando a todo ser que nos encontráramos por allí. No hubo suerte. Estaba decepcionada. Era como si todas aquellas personas no tuvieran ni la más remota idea de quien es o era mi madre. No entendía nada. A lo lejos pude divisar la pamela de mi hermana. Nuestros caminos se habían cruzado y parecíamos no tener éxito, ninguno de nosotros.
Cerré los ojos, en señal de frustración, era consciente de que, si los abría de nuevo, lágrimas de impotencia saldrían de mis ojos, aun así, los abrí. Amy se dio cuenta y corrió a abrazarme. Estaba desconsolada, impotente, inquieta, y abatida.
A lo lejos escuché un alboroto que parecía acercarse hasta nuestra ubicación. No quise darle más importancia, pero me alteré cuando vi cómo una patrulla se acercaba justamente hacia nosotros. Pude ver como los hermanos Haggard iban con ellos y no parecían tener una cara amistosa, sino justo lo contrario, unas caras de malas pulgas.
-¡Es él agente! –gritó Brittany señalando a Andrew.
-¡Andrew, corre! –se apresuró a decir William que le empujó hacia un callejón. Dos hombres corrieron hacia nosotros con intención de apresarlo, pero William les logró cortar el paso, sin éxito porque de un puñetazo lo derribaron y entonces Amy se dispuso a ayudarlo. Yo estaba paralizada, no sabía muy bien que hacer, ni que pensar. No podía creerme lo ingenua que había sido, lo imbécil que me sentía al haber depositado mi plena confianza en aquellos dos. No entendía esa traición, ni siquiera el porqué de todo esto, y mucho menos, la intención con la que han hecho.
-¡Aurora! –gritó Nicholas que parecía estar acercándose a mí.
-Aurora, vete, yo me quedo con William. –dijo Amy que parecía bastante alterada.
Sin pensármelo salí de allí corriendo lo máximo que pude. Ya tenía experiencia por desgracia, pero aquella vez no sabía si tendría suerte escabulléndome. No sabía a lo que me enfrentaba. Corrí lo más rápido que pude en todo momento, no dejaba de pensar en qué pequeño lugar me podía meter, en que hueco me escondería para poder despistarle. Aun pese a mis esfuerzos, cuando salía de un callejón me choqué con alguien.
-¡Te encontré! –dijo Nicholas que portaba una sonrisa victoriosa.
-Suéltame Nicholas! –grité mientras me intentaba zafar de sus brazos. Me zarandeaba para poder soltarme, pero era imposible.
-No intentes huir, conmigo estás a salvo. –comentó. Dejé de moverme por un segundo.
-¿Por qué debería creerte? –pregunté algo confusa.
-Ese hombre es un criminal, lo cogerán y lo ahorcarán. –sonrió. Aquellas palabras me hirieron profundamente. Era como si me hubieran apuñalado el corazón.
-¿Era una trampa verdad? ¿Qué quieres de nosotros? –dije enfadada.
-No es lo que piensas. –Se quedó en silencio por un segundo. Mis ojos divisaron un pequeño hueco por el cual sabía que no iba a caber Nicholas. Tenía que conseguir llegar a él, pero si lo intentaba a la fuerza, él era más fuerte que yo, lograría atraparme de nuevo.
-El caso es que no quiero que te pase nada. Los demás me dan igual. –confesó.
-¿Y Amy? ¿Qué pasara con ella? –pregunté nerviosa. Nicholas me miró y suspiró profundamente. Su mano acarició mi mejilla derecha, cosa que me repugnó a más no poder.
-Si así lo quieres, no sufrirá ningún daño. –dijo al fin. Debía seguirle la corriente, debía hacer que se relajara, que no se esperara mi huida.
-Está bien. ¿Qué debo hacer? –dije intentando suavizar la situación. Le hice un gesto cómplice, que acompañé con un ligero movimiento de ponerle el pelo detrás de la oreja. Eso pareció relajarle, hice que sintiera que tenía el control de la situación. Hice que perdiera toda sensación de inseguridad, parecí darle totalmente las riendas de mi destino.
-El caso es que mi hermana y yo...-se separó levemente de mí, dándome la espalda por unos segundos. Aproveché para darme a la fuga, logré meterme por aquel diminuto agujero y lo dejé atrás. Salí corriendo lo máximo que pude de nuevo y al salir por otro lado, que desconocía por completo, algo me golpeó fuertemente la cabeza, aquello hizo que perdiera el conocimiento al instante.
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AMOR INGLÉS [PUBLICADO EN PAPEL]
Teen FictionAurora es una chica perteneciente a la clase alta de Inglaterra, carismática, decidida y bondadosa con aquellos de buen corazón.. Sus padres siempre han esperado mucho de ella, pero ella no quiere seguir la vida que se le ha encomendado. Por caprich...